Educación reclama a la red privada que acoja más escolares conflictivos

Las aulas de los colegios públicos reciben al 76% de los escolares considerados problemáticos

El servicio de Inspección del Departamento de Educación ha realizado un estudio en el que se detallan las redes, las etapas de enseñanza y los modelos en los que estudian estos jóvenes, a los que Educación define genéricamente como 'alumnado con dificultades de atención educativa'. En el curso 2000-20001, un total de 3.556 escolares de 6 a 18 años presentaba problemas de este tipo, lo que supone un 1,38% del total del alumnado.

El informe también divide a estos escolares atendiendo a su procedencia. De ellos, 1.125 son inmigrantes, 446 proceden de otras autonomías y 1.985 son vascos cuy...

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El servicio de Inspección del Departamento de Educación ha realizado un estudio en el que se detallan las redes, las etapas de enseñanza y los modelos en los que estudian estos jóvenes, a los que Educación define genéricamente como 'alumnado con dificultades de atención educativa'. En el curso 2000-20001, un total de 3.556 escolares de 6 a 18 años presentaba problemas de este tipo, lo que supone un 1,38% del total del alumnado.

El informe también divide a estos escolares atendiendo a su procedencia. De ellos, 1.125 son inmigrantes, 446 proceden de otras autonomías y 1.985 son vascos cuyas familias atraviesan una situación sociocultural desfavorecida, entre los que se incluyen minorías étnicas como los gitanos.

Según la directora de Innovación Pedagógica de Educación, Nekane Agirre, se trata de alumnos que no pueden seguir una clase normal y que, por lo tanto, precisan de un profesor de apoyo, un refuerzo personalizado de ocho o diez horas en las materias básicas, como son lengua o matemáticas, o la asignación de un tutor que con cierta periodicidad se comunique con la familia y con la red de servicios sociales que le atiende. 'Se trata de que los alumnos no caigan en el absentismo. Para ello hay que cuidar su motivación y elevar su autoestima. La dificultad de saber estar en la escuela de estos jóvenes viene asociada a factores ajenos a la propia escuela. 'Se debe a que a lo mejor no duermen lo suficiente, no desayunan, o no se levantan para ir al colegio porque viven en una familia desestructurada', indica Agirre. Para este tipo de adolescentes, a los que no protege el colchón familiar, el horizonte escolar y vital se presenta incierto.

Desequilibrio

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El evidente desequilibrio existente entre las dos redes a la hora de escolarizar a estos alumnos tiene dos explicaciones, según la directora de Innovación Pedagógica: la red pública acoge a todo tipo de alumnos sin discriminación alguna y, además, no tiene ningún coste económico para las familias. 'En principio, la red privada es más coercitiva para estos alumnos, porque existe un nivel económico de exigencia, en el vestir, en el transporte. Eso desanima los padres de esos alumnos, que por lo general tienen muy pocos recursos'. Sin embargo, con el sistema de conciertos, la administración educativa aporta fondos públicos para asegurar que la enseñanza se imparta en condiciones de gratuidad, por lo que, en teoría, las familias con menos recursos también podrían mandar a sus hijos a centros privados concertados.

En el curso 1999-2000, Educación destinó 43.000 millones de pesetas para financiar los gastos de 5.751 aulas de niños de 3 a 16 años de centros concertados. Este este curso la cantidad será similar. Euskadi es una de las pocas comunidades donde todos los niveles de la enseñanza obligatoria está concertada. Además, la enseñanza post-obligatoria (Bachillerato y ciclos formativos de FP) también cuenta con un importante nivel de concertación.

Según Nekane Agirre, aunque la red pública tiene buen ratio de profesores por número alumnos, lo que facilita la integración de los escolares más difíciles, los colegios privados concertados deberían acoger más escolares de estas características. 'A los privados les falta dar algún paso más en ese sentido, porque, al menos en su ideario, se definen como tolerantes abiertos y receptivos'. En este sentido asegura que desde el Departamento de Educación se le está planteando a la red privada la necesidad de que un determinado tipo de alumnos deba ir a sus centros. Para ello se han creado comisiones de escolarización territoriales que establecen cuál es el centro más adecuado para un escolar, con lo que se tiene más control de lo que hay en cada uno de los colegios concertados y en las escuelas públicas.

'La situación no cambia de un día para otro, pero se están haciendo esfuerzos para equilibrar las dos redes', apunta. Sin embargo, añade que también hay que tener en cuenta la opción de las familias, que son las que eligen ir a un centro público o privado. 'Se trata de tendencias. La red pública está para todos y no rechaza a nadie. La capacidad de elegir la tienen las familias, que se decantan por la privada concertada en el caso de la clase media. No creo que la administración tenga que montar en un autobús a los niños e ir dejándoles por los colegios que le parezca. Y las familias con escasos recursos se van a encontrar más cómodos en la red pública'.

¿Y qué se puede hacer con esa realidad? 'Que la escula pública sea mejor prestando los servicios que sea necesario', responde la directora de Innovación Pedagógica. Recueda que para ello hay proyectos de intervención específica en centros públicos de secundaria y más de 120 grupos de diversificación curricular, que son alumnos que, según el dictamen de los orientadores de los centros, necesitan programas adaptados a sus capacidades para sacar, al menos, el graduado escolar. Agirre insiste en que este tipo de grupos de alumnos, con los profesores y la subvención consiguiente, también se le están proporcionando a los colegios privados.

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