Los joyeros de Córdoba intentan resolver su crisis antes de comenzar a construir su parque industrial

Con el cambio, la AIE pretende abrir una nueva etapa de unidad y estabilidad ante las administraciones. Está en juego el Parque Joyero de Córdoba, el principal proyecto industrial de la ciudad, que se viene gestando desde hace una década. Hace dos años, el sector consiguió los terrenos necesarios para su proyecto, y actualmente cuenta con 100 industriales comprometidos en el mismo y con un protocolo suscrito por cuatro administraciones (Gobierno, Junta, Ayuntamiento y Diputación) que se comprometen a sufragar el 40% de la inversión prevista, así como a desarrollar, en unos terrenos adjuntos, u...

Con el cambio, la AIE pretende abrir una nueva etapa de unidad y estabilidad ante las administraciones. Está en juego el Parque Joyero de Córdoba, el principal proyecto industrial de la ciudad, que se viene gestando desde hace una década. Hace dos años, el sector consiguió los terrenos necesarios para su proyecto, y actualmente cuenta con 100 industriales comprometidos en el mismo y con un protocolo suscrito por cuatro administraciones (Gobierno, Junta, Ayuntamiento y Diputación) que se comprometen a sufragar el 40% de la inversión prevista, así como a desarrollar, en unos terrenos adjuntos, un recinto ferial público para la ciudad, ya que el actual de San Carlos, un antiguo centro de formación profesional reconvertido, presenta todo tipo de deficiencias.

Conflictos

El trabajo en el proyecto se ha desarrollado con tesón, pero, en el último medio año, han surgido problemas internos que lo han retrasado. Primero se gestó un grupo opositor interno que puso trabas cuando se pidió a los industriales el desembolso del 10% de su inversión. Este grupo cuestionaba a José Adame, y formó una candidatura alternativa que no consiguió desbancarle en las elecciones celebradas a finales de 2000. Por esa fecha, Adame sufría también las consecuencias de los problemas surgidos en la Cámara de Comercio con la reforma del reglamento interno, que finalmente también se aprobó. Cuando fue ratificado como presidente de la AIE, José Adame abandonó la presidencia de la Cámara de Comercio para dedicarse exclusivamente a su sector.

Pero los conflictos vividos han hecho mella en su imagen. Hace unas semanas, haciendo balance de la feria comercial Joyacor 2000, los expositores plantearon que la feria estaba decayendo, y que seguiría así mientras se mantuviese en el recinto ferial San Carlos, de manera que, a propuesta de uno de los asistentes, se estudió la posibilidad de celebrar el cónclave comercial en otra ciudad, y se pensó en Marbella (Málaga). Unas rápidas gestiones ante el Ayuntamiento marbellí dieron a los industriales la impresión de que tendrían todo tipo de facilidades, y decidieron trasladar Joyacor a la costa.

El escándalo en la ciudad fue mayúsculo, y la alcaldesa, Rosa Aguilar, convocó a todas las instituciones en un gabinete de crisis en el que se presionó al sector para que cambiase de idea. Finalmente, los joyeros decidieron mantener la Joyacor de Córdoba y probar al mismo tiempo ventura en Marbella. El pasado viernes, la Asociación de Joyeros, organizadora de Joyacor, anunciaba que no se iría a la ciudad malagueña por falta de quorum y de facilidades para acudir.

Con estas y otras circunstancias, los joyeros cordobeses han estado durante los últimos tiempos en el ojo del huracán. La última asamblea que celebró la AIE Parque Joyero estuvo precedida de una serie de reuniones en las que el comité director del proyecto pidió a José Adame que dimitiera y aceptara la presidencia de honor. Éste se negó y, finalmente, alcanzaron una salida según la cual él seguiría de presidente, pero se crearía una figura aparte para regir los destinos del Parque Joyero, para lo que la directiva había pensado en Rafael Gómez. La sorpresa para todos fue que en la asamblea de la AIE, Adame intervino con un discurso en el que acusó de traidores a sus colegas. Estos explicaron a la asamblea que, pese al mandato en contra de que José Adame cobrase un sueldo como presidente de la AIE (unas 700.000 pesetas netas, que había percibido desde que se constituyó la agrupación), éste había presionado al comité director y había cobrado dos talones con los 'atrasos'. La directiva le había advertido que para cobrar necesitaba la aprobación de la asamblea, en la que despertaba indignación el sueldo del presidente, y este ha sido el desencadenante de la destitución de Adame.

Adame fue relevado por su propio comité director al día siguiente de la polémica asamblea y en su ausencia, ya que no asistió a la reunión a la que había sido convocado.

Ahora, tras un retraso de medio año, el proyecto Parque Joyero está en un punto excelente desde el punto de vista técnico, y pendiente de que termine la vorágine interna.