SOCIEDAD

La Iglesia española acapara la mayor beatificación de la historia con 233 'mártires'

El Gobierno envía al ministro de Medio Ambiente como representante

Al calor de las próximas beatificaciones, la Iglesia valenciana ha multiplicado en las últimas semanas las exhumaciones de cadáveres con el fin de practicar un examen forense, comprobar los estigmas del martirio y extraer las reliquias. Es la última prueba para llegar a ser beato, paso previo a la adquisición de la condición de santo, cuyo culto se extiende a toda la iglesia en general y no a una diócesis local, como en el primero caso. Los martirios se han de constatar también mediante la recopilación de testimonios y de documentación.

Desde el mandato de Juan Pablo II y tras la gran c...

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Al calor de las próximas beatificaciones, la Iglesia valenciana ha multiplicado en las últimas semanas las exhumaciones de cadáveres con el fin de practicar un examen forense, comprobar los estigmas del martirio y extraer las reliquias. Es la última prueba para llegar a ser beato, paso previo a la adquisición de la condición de santo, cuyo culto se extiende a toda la iglesia en general y no a una diócesis local, como en el primero caso. Los martirios se han de constatar también mediante la recopilación de testimonios y de documentación.

Desde el mandato de Juan Pablo II y tras la gran ceremonia de mañana, el número de beatos españoles de la Guerra Civil ascenderá a 471, sobre un total de 1.227 de distintos países.

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Este órdago de la Iglesia española ha venido precedido el año pasado por la inclusión en el catálogo provisional de mártires del siglo XX (elaborado por el Vaticano) de 10.000 españoles, de un total de 13.000 (México, el segundo país, sólo propuso 200).

En la ceremonia de mañana, que se oficiará en la Basílica de San Pedro (retransmitida por RTVE) la plana mayor de la Iglesia española estará acompañada por el ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, quien presidirá la misión extraordinaria del Gobierno español. Además de Eduardo Zaplana, al ministro le acompañarán los valencianos, Francisco Camps, vicepresidente de las Cortes; Juan Cotino, director general de la Policía, y Rita Barberá, alcadesa de Valencia, entre otros.

No es para menos, a tenor del acaparamiento de la curia valenciana, a la que pertenecían 226 de los nuevos beatos, frente a seis de la barcelonesa y uno de la de ilerdense. Se incluyen religiosos de múltiples órdenes, además de seglares, que murieron en territorio republicano. No hay, sin embargo, ningún religioso muerto en zona nacional.

'Es que aquí hubo una persecución muy violenta y hemos trabajado mucho. Aquí no hay pucherazo, porque todo el proceso, que es muy arduo, está acreditado', afirma el delegado diocesano para las Causas de los Santos, Ramón Fita. Decisiva para el éxito de la Iglesia valenciana ha sido la contribución de Vicente Cárcel, vicario episcopal en Roma, nombrado por el arzobispo de Valencia, Agustín García-Gasco, que tiene como su vicario en Roma a Vicente Cárcel Ortí. Ferviente convencido de que en España se produjo durante la II República un 'holocausto de católicos' ha sido este sacerdote de Manises (Valencia) quien más ha trabajado para culminar el catálogo.

Cárcel ha escrito varios libros sobre la materia. En La gran persecución. España, 1931-1939, dentro del capítulo titulado 1936-1939 Holocausto, el vicario señala: 'La persecución religiosa tuvo un lento proceso de preparación desde 1931, aunque el cenit coincidió con la rebelión militar del 18 de julio'.

En la obra Mártires del siglo XX contesta afirmativamente a las preguntas sobre si la persecución religiosa en la Guerra Civil fue mayor que en el Imperio Romano, en la Revolución Francesa o en la guerra de los Boxers de China. Fita duda en utilizar el término holocausto, pero al final se libra de las reservas y señala que 'el propósito era exterminar la Iglesia'.

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