Tribuna

Ha nacido un enano

Los Consejos de Administración de las cajas sevillanas El Monte y San Fernando, a propuesta de sus respectivos presidentes, han decidido iniciar el proceso de fusión de ambas entidades que, según sus proponentes, dará lugar a la undécima institución en el actual ranking de Cajas de Ahorros.

El movimiento se queda corto para abordar con ciertas garantías los retos que enfrentan estas entidades, ya que no aporta la dimensión suficiente para llevar a cabo la inversión en tecnología que hoy constituye una herramienta fundamental para la competencia en el sector; tampoco les permite a...

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Los Consejos de Administración de las cajas sevillanas El Monte y San Fernando, a propuesta de sus respectivos presidentes, han decidido iniciar el proceso de fusión de ambas entidades que, según sus proponentes, dará lugar a la undécima institución en el actual ranking de Cajas de Ahorros.

El movimiento se queda corto para abordar con ciertas garantías los retos que enfrentan estas entidades, ya que no aporta la dimensión suficiente para llevar a cabo la inversión en tecnología que hoy constituye una herramienta fundamental para la competencia en el sector; tampoco les permite abordar nuevos segmentos de negocio, como puede ser la banca de inversiones, y la deja en una débil posición para hacer frente a una potencial guerra de pasivo o de activo en un mercado, el andaluz, muy atractivo para las grandes entidades, sean cajas de ahorro (la Caixa y Cajamadrid) o bancos (BBVA y BSCH).

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Si con esta fusión no se resuelven los problemas a los que ya se enfrentan estas entidades, la pregunta inmediata es a quién sirve una operación que siempre es costosa en término de encaje de recursos humanos, oficinas, informática, personal directivo, etcétera.

De nuevo el localismo y los intereses de unos pocos se han impuesto sobre los intereses de los andaluces. Llegados a este punto, algunos lectores se preguntarán: pero bueno, ¿es tan importante tener en Andalucía una entidad financiera autóctona, que pueda codearse con las grandes entidades bancarias? ¿No habrá en este debate demasiada carga teórica o de intereses personales? ¿No estaremos ante otro festival pirotécnico al que tan acostumbrados nos tienen algunos políticos?

En respuesta a todas estas dudas, conviene recordar que las cajas de ahorro han jugado y juegan un papel fundamental en el proceso de competencia bancaria que ha permitido a nuestros ciudadanos, y a nuestras pequeñas y medianas empresas, acceder a una amplia gama de servicios financieros en condiciones y a precios realmente competitivos. Dicho de otra manera, sin las cajas de ahorro el crédito en nuestra comunidad autónoma sería hoy más caro y escaso, las condiciones más leoninas y nuestro ahorro estaría peor remunerado.

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La razón por la que los ciudadanos en general, y no sólo los andaluces, han podido ver la formación de grandes entidades bancarias tras sucesivas fusiones, como el BBVA o el BSCH, sin temer que de ello se pueda derivar un empeoramiento de las condiciones en que hoy acceden a los servicios financieros es porque, a pesar de ser grandes a nivel nacional e internacional, no son líderes en prácticamente ninguna comunidad autónoma, donde se ven obligados a competir con las cajas de ahorro locales o regionales que han venido detentando una fuerte posición en sus respectivos ámbitos geográficos y de cuya competencia sólo se derivan efectos positivos para el usuario. Ésta es una situación que hay que preservar, y no se preservará si dejamos que las cajas vean progresivamente reducido su tamaño relativo y, en consecuencia, su músculo para competir. Ésa es la quintaescencia de lo que está en juego.

Algún escéptico todavía podría decir que esto no es nuevo. La pugna entre bancos y cajas ya existía en el pasado y la experiencia de las últimas décadas ha demostrado que las segundas han sabido desenvolverse en esa batalla con gran éxito. Y es cierto. El problema es que en los últimos años el ecosistema en que vivían unas y otras ha cambiado más drásticamente que en ninguna situación previa.

La eliminación de restricciones a la forma de operar de las entidades financieras que se ha llevado a cabo en el mundo occidental, la innovación tecnológica y su impacto en la aparición de nuevos productos y formas de comercialización, y la creación de la Unión Monetaria y el Espacio Financiero Único, todo ello combinado y de forma simultánea, constituye la mayor revolución que ha registrado el sector bancario desde que se tiene memoria histórica.

El Banco Central Europeo incidía en estos aspectos en recientes informes y preconizaba que 'la Unión Económica y Monetaria... presionará a la realización de fusiones... con el fin de mejorar las condiciones competitivas y la probabilidad de supervivencia de los entes resultantes' y concluye que este proceso es más deseable en las entidades que operan en la banca al por menor.

El presidente del Gobierno andaluz estaba acertado cuando lanzó la idea de favorecer un proceso conducente a la creación de una sola caja de ahorros en Andalucía, ya que ello sí hubiese permitido contar con una entidad de tamaño suficiente para hacer frente a los problemas antes mencionados con garantías de éxito, pero desgraciadamente, como en tantas otras ocasiones perdidas en nuestra historia, de nuevo pasa el tren de las oportunidades y no nos subimos en él, porque algunos, muy pocos, han decidido que sus intereses están por encima del de los demás.

Pedro Pérez es miembro de la comisión de Cajas de Ahorros Andaluzas y ha sido secretario de Estado de Economía, presidente del Consejo Superior Bancario, director ejecutivo del Fondo Monetario Internacional y presidente de Bankers Trust España.

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