El programa del PSE elude referencias al PP y se centra en desalojar al PNV del poder
El proyecto de Redondo postula una 'estructura' en defensa de las libertades adscrita al 'lehendakari'
El borrador del programa electoral del PSE-PSOE para las elecciones vascas, que defenderá su candidato a la presidencia del Gobierno, Nicolás Redondo Terreros, comienza con una descripción dramática de la realidad vasca que impulsa a los socialistas a desgranar en sus 32 páginas una serie de medidas y propuestas de creación de organismos y figuras inéditas, que ponen de relevancia la percepción del PSE de que su comunidad vive una situación excepcional, desde la perspectiva democrática.
'Hemos llegado a una situación de degradación extrema de las instituciones democráticas hasta el punt...
El borrador del programa electoral del PSE-PSOE para las elecciones vascas, que defenderá su candidato a la presidencia del Gobierno, Nicolás Redondo Terreros, comienza con una descripción dramática de la realidad vasca que impulsa a los socialistas a desgranar en sus 32 páginas una serie de medidas y propuestas de creación de organismos y figuras inéditas, que ponen de relevancia la percepción del PSE de que su comunidad vive una situación excepcional, desde la perspectiva democrática.
'Hemos llegado a una situación de degradación extrema de las instituciones democráticas hasta el punto de que hoy es posible afirmar, sin incurrir en alarmismos, que con el lehendakari [Juan José] Ibarretxe y con el nacionalismo del Pacto de Estella y de los acuerdos con ETA, la democracia y las instituciones democráticas de autogobierno están empezando a correr serio peligro en el País Vasco'. Esta conclusión es posterior al análisis de lo ocurrido en el País Vasco con el Pacto de Estella. 'Nunca como hasta ahora la acción criminal de los liberticidas había encontrado tanto cobijo, tanta comprensión y tanta legitimación por parte del nacionalismo gobernante'. Por eso urge el cambio 'y el único posible consiste en que el nacionalismo pierda el poder y pase a la oposición o, cuando menos, sea relevado en la dirección política'.
En todo momento los socialistas se presentan como fuerza autónoma, sin mencionar al PP, y se erigen como capaces de llevar adelante 'el cambio tranquilo con un lehendakari socialista'. 'Somos la única fuerza política que ha presentado alternativas serias y creíbles a la política del nacionalismo gobernante', aseguran al tiempo de alejar de sus intenciones el proyecto de oponer 'al frentismo' del nacionalismo otro en el extremo opuesto. Por el contrario, se dicen preparados para 'tender puentes'. pero la mano tendida va acompañada de unas propuestas de choque en todos los ámbitos para hacer frente a la situación de 'prefascismo' similar 'a la que imperaba en Alemania en vísperas de la ascensión de Hitler al poder'. No hay, por tanto, referencias a una posible alianza con el PP sino que incluso se deja, implícitamente, la puerta abierta al nacionalismo, al mencionar que debe dejar de dirigir el país. No obstante, la crítica a la labor del nacionalismo en los últimos años es tan profunda que las expectativas reales de colaboración son escasas.
La ofensiva contra 'la ideología totalitaria de ETA' es uno de los ejes de Gobierno del PSE para lo que se creará 'una Estructura General', adscrita a la presidencia del Gobierno Vasco, cuyo responsable tendría previsiblemente el cargo de vicepresidente, formada por una Comisión interdepartamental, encargada de poner en marcha iniciativas de aislamiento social, ideológico y cultural de ETA.
Asimismo propone crear por ley del Instituto Democrático Vasco, configurándolo como un órgano de reflexión permanente sobre los valores y la cultura de la democracia y una Dirección de Derechos Humanos en el Departamento de Educación, Universidades e Investigación para afrontar 'el problema gravísimo de que hay jóvenes, adolescentes e incluso niños que consideran lícito matar a un semejante por no compartir una determinada ideología o creencia'. 'Niños, jóvenes que se socializan en el odio al diferente y en la subcultura de la violencia totalitaria. Una socialización que se inicia en el ámbito familiar y que alcanza en el educativo una fuerza especial'.
Los socialistas proponen crear una estructura en el Departamento de Educación, con terminales en todos los centros, que apoya al profesorado, impulse acciones y coordine actividades'. Se creará la figura de 'educadores para la libertad'. En los centros públicos se instaurará 'una reflexión ética y política' tras cada atentado, para fomentar el respeto al pluralismo, la libertad de conciencia, y la solidaridad. Los socialistas constatan 'la autocensura de los jóvenes provocada por el miedo' por lo que se establecerá en todo el sistema educativo 'un día por la Libertad': una jornada lectiva con actividades dirigidas 'a reclamar y disfrutar de las libertades'.