El silencio, un preciado bien

El ruido ha sido causa de muchos otros pleitos en la ciudad: la Audiencia de Madrid obligó hace un mes a la empresa constructora FCC a indemnizar con 2.500.000 pesetas a los 16 vecinos del número 48 de la calle del Duque de Sexto por el estruendo que debieron soportar, a causa de unas obras, durante 18 meses. La sentencia reconocía que el silencio es un bien que todos los ciudadanos tienen derecho a disfrutar.

La Ordenanza Municipal de Ruido, aprobada en diciembre pasado, va encaminada a eso. En el texto se estipula que de día no se pueden superar los 65 decibelios. Por la noche, el lím...

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El ruido ha sido causa de muchos otros pleitos en la ciudad: la Audiencia de Madrid obligó hace un mes a la empresa constructora FCC a indemnizar con 2.500.000 pesetas a los 16 vecinos del número 48 de la calle del Duque de Sexto por el estruendo que debieron soportar, a causa de unas obras, durante 18 meses. La sentencia reconocía que el silencio es un bien que todos los ciudadanos tienen derecho a disfrutar.

La Ordenanza Municipal de Ruido, aprobada en diciembre pasado, va encaminada a eso. En el texto se estipula que de día no se pueden superar los 65 decibelios. Por la noche, el límite baja hasta los 55 decibelios. La multa por sobrepasar este nivel asciende a 50.000 pesetas. La oposición, que estuvo de acuerdo con la ordenanza, denunció la falta de medios para aplicarla. La concejal socialista Cristina Narbona criticó entonces que el Ayuntamiento aprueba normas, como ésta del ruido, que luego es incapaz de hacer cumplir.

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Los jueces del Tribunal Superior, en la sentencia en la que anulan la licencia de actividad otorgada por el Ayuntamiento al bar de copas La Cama, ubicado en el número 22 de la calle de Cochabamba (Chamartín), discrepan del criterio municipal según el cual primero cabe conceder la licencia de actividad al local y luego, cuando entre en funcionamiento, se 'analiza' si éste cumple las medidas antirruido. Para conceder una licencia, afirman los jueces, debe haber 'un proyecto y una memoria en la que se detallen las características de la actividad, su posible repercusión en la sanidad ambiental y los sistemas correctores que se propongan utilizar, con expresión de su grado de eficacia y garantía de seguridad'.

Los dueños del local han esgrimido que el Ayuntamiento les concedió la licencia y que ésta se ajusta a la legalidad. Una encargada de este bar de la calle de Cochabamba explicó que ignoraba las quejas vecinales, al tiempo que exhibía la licencia de actividad, enmarcada en una de las paredes del local. Según fuentes jurídicas, los antiguos dueños de este local, la firma Muasen, lo traspasó hace meses a otra empresa, que es la que lo explota actualmente. 'Seguramente, los actuales dueños no tienen culpa, pero al adquirir el local asumen sus cargas, y la del ruido es una de ellas', señalan.

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