El centro Kursaal supuso en 2000 un impacto económico indirecto de 2.500 millones de pesetas

El Kursaal se inauguró hace año y medio en medio de grandes expectativas. Instituciones y otros sectores implicados vieron en el complejo diseñado por Rafael Moneo un buen revulsivo no sólo para dinamizar la actividad cultural, sino también para impulsar la economía guipuzcoana en general. El balance realizado ayer por el Consejo de la Sociedad Kursaal confirma que la actividad del centro -los 221 eventos celebrados- ha reportado importantes beneficios; el impacto económico indirecto en 2000 se estima en 2.500 millones de pesetas (3.500 desde su inauguración), así como la creación o manteni...

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El Kursaal se inauguró hace año y medio en medio de grandes expectativas. Instituciones y otros sectores implicados vieron en el complejo diseñado por Rafael Moneo un buen revulsivo no sólo para dinamizar la actividad cultural, sino también para impulsar la economía guipuzcoana en general. El balance realizado ayer por el Consejo de la Sociedad Kursaal confirma que la actividad del centro -los 221 eventos celebrados- ha reportado importantes beneficios; el impacto económico indirecto en 2000 se estima en 2.500 millones de pesetas (3.500 desde su inauguración), así como la creación o mantenimiento de 350 puestos de trabajo.

La explicación está en el número de visitantes que mueve la actividad del complejo. El pasado año, 342.121 personas entraron en las rocas varadas del arquitecto navarro; 260.321 de ellas -incluidas las más de cien mil que movió el Festival Internacional de Cine-, para asistir a conciertos, desfiles, galas de televisión y otros eventos culturales; 56.200 para participar en ferias, y el resto, para asistir a reuniones, congresos o convenciones.

Precisamente, son estos encuentros los 'productos estrella' del Kursaal, según el gerente; los que exigen que los profesionales pernocten en hoteles de la ciudad o los alrededores, coman en restaurantes o se paguen un taxi para sus desplazamientos. El gasto que realiza al día cada uno asciende a 45.000 de pesetas. Y el hecho de que la duración media de los congresos haya aumentado de 2,7 días en 1999 a 3,36 en 2000 explica en parte el impacto económico producido en la ciudad y su entorno.

De hecho, Ayerza, que compareció ayer junto al presidente de la Sociedad Kursaal, Román Sudupe, precisó que el principal reto de futuro pasa por 'atraer reuniones profesionales de mayor tamaño y cada vez más internacionales'. Las previsiones son optimistas. Para este año el Palacio de Congresos y Auditorio tiene 105 eventos confirmados, lo que supone un índice provisional de ocupación de sus instalaciones del 60%. Pero, además, de ese total de actividades ya contratadas, 19 son congresos, que reunirán en San Sebastián a 16.150 personas. Sólo con ese índice de presencia confirmado se supera, según Ayerza, el número de asistentes a las convenciones celebradas en 2000 (12.460).

Uno de los mayores hitos para el presente ejercicio es el congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, que supondrá la presencia en San Sebastián de 5.000 profesionales de este sector. Durante 2000, el 34% de las reuniones contó con una asistencia media de entre 40 y 99 personas; el 29% congregó entre un centenar y 249 delegados; el 13% entre 250 y 499; el 17%, entre 500 y 999 y sólo un 7% más de 1.000. En cualquier caso, la actividad ha reportado un superávit de tesorería de 44 millones de pesetas. 'Esto significa', se congratuló Ayerza, 'que ninguna institución ha tenido que hacer aportación alguna para el mantenimiento de la actividad del edificio'.

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