UNIVERSIDAD | TRANSPORTE ESTUDIANTIL

Un poco de satisfacción y un mucho de reclamación

'Si lo comparamos con la situación de hace cuatro años, los transportes universitarios han mejorado muchísimo'. Josu Peña, estudiante de cuarto de Periodismo, habla con conocimiento de causa. Es la segunda carrera que cursa en el campus de Leioa y conoce a la perfección los pros y los contras del servicio que Biz-kaibus ofrece a los universitarios residentes en Bilbao y en la Margen Derecha, lugares que cubre esta empresa gestionada por la Diputación foral de Vizcaya.

Él vive en el barrio de Santutxu de Bilbao y de entre las mejoras destaca la mayor frecuencia de los autobuses -ahora so...

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'Si lo comparamos con la situación de hace cuatro años, los transportes universitarios han mejorado muchísimo'. Josu Peña, estudiante de cuarto de Periodismo, habla con conocimiento de causa. Es la segunda carrera que cursa en el campus de Leioa y conoce a la perfección los pros y los contras del servicio que Biz-kaibus ofrece a los universitarios residentes en Bilbao y en la Margen Derecha, lugares que cubre esta empresa gestionada por la Diputación foral de Vizcaya.

Él vive en el barrio de Santutxu de Bilbao y de entre las mejoras destaca la mayor frecuencia de los autobuses -ahora son cada 30 minutos frente a la hora que antes debía esperar-, la reducción de las tarifas con la aplicación del bonobús y la mayor comodidad en el trayecto. 'Antes íbamos como sardinas. Además, corrías el riesgo de quedarte tirado, porque si el autobús iba lleno, pasaba de largo en las últimas paradas y no recogía a la gente. Ahora, por lo menos, sólo suele ocurrir en horas punta', precisa entre irónico y resignado.

'Algunos de los vehículos son tan viejos y están tan estropeados que con el sobrepeso se quedan atascados en las cuestas', revela un estudiante

Una situación agravada por las malas condiciones de algunos autobuses. 'Algunos de los vehículos son tan viejos y están tan estropeados que con el sobrepeso se quedan atascados en las cuestas', revela. Y es que, asegura, aún quedan muchos aspectos susceptibles de mejorar para conseguir un servicio acorde con las necesidades del estudiante. 'Los viajes tendrían que ser más baratos. Sería buena idea instaurar un precio especial a través del nuevo carné de estudiante diseñado por la UPV', propone.

Por un precio más barato

El precio de los viajes constituye, sin duda, una de las principales quejas de los estudiantes, y en especial, de los de la Margen Izquierda, que, como Itsaso Martín, tienen que hacer frente a las 1.250 pesetas del bono de 10 viajes o bien a las 170 del billete ocasional estipuladas por Euskotren, compañía gestionada por el Gobierno vasco que cubre los servicios de esta zona. 'Es demasiado caro, sobre todo cuando tienes que hacer cuatro viajes al día.Además me parece injusto que nos cobren más dinero por ir a Leioa que el que, por ejemplo, cobran para hacer un trayecto más corto, como a Bilbao, que cuesta 40 pesetas menos'.

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No es la única crítica de esta estudiante de Odontología, ya que a los altos precios del transporte se suma la impuntualidad y la escasez de servicios en horas punta, lo que le obliga a madrugones innecesarios, esperas de hora y media o el tener que recurrir a otras líneas cuando sus clases no le permiten coger el autobús de las 8 de la tarde, el último servicio directo a Santurtzi realizado por la compañía.

Para Laura Corral, encajar sus clases con los horarios de los transportes nunca es tarea sencilla. Al inconveniente de vivir en Zalla debe añadir la imposibilidad de recurrir a la línea privada de Arzabe por no disponer de un horario que le asegure llegar al campus antes de las 8 de la mañana, hora a la que debe estar vestida con el uniforme propio de los estudiantes de Hostelería.

La única solución para ella pasa por levantarse a las seis de la mañana, y combinar el tren a Bilbao con el autobús Zabalburu-UPV, 'en una carrera casi contrarreloj'. Tras las clases, una hora de espera en Bilbao antes de subirse de nuevo al tren ante la disminución de frecuencias en los servicios de la tarde.

Bastante más cerca vive Itsaso Bilbao, estudiante de cuarto de Químicas. Su punto de origen y de destino es Sopelana, una localidad sin conexión directa con el campus de Leioa. En su caso, la solución es recurrir al servicio lanzadera, un autobús que enlaza la estación del metro de Leioa con el campus. 'El servicio es muy malo y el precio, abusivo. No tenemos un billete único como nos aseguraron en su día y además hemos pasado de pagar 55 pesetas a 100 sólo por la lanzadera. Por si fuera poco, no hay ninguna coordinación entre el autobús y el metro, y hay que esperar más de 20 minutos en la parada de Leioa para montarse en la lanzadera'.

A Leioa también llega diariamente un número importante de estudiantes de Alava y Guipúzcoa que deben adaptarse a las ofertas de compañías privadas o de asociaciones de estudiantes. M. Méndez, de Lasarte, se muestra bastante satisfecho con el servicio, ya que en su opinión no puede pedir más.

Paga alrededor de 140.000 pesetas anuales y, al igual que en destinos dentro de Vizcaya, debe ajustarse escrupulosamente a los horarios existentes y utilizar otro medio de transporte para ir desde San Sebastián a Lasarte. 'El mayor inconveniente es que no tienes garantizada la salida del autobús a las horas marcadas si éste no va completo'.

Así le ocurre a la vitoriana Ainara Llarena, quien resignada a este contratiempo y al hecho de desembolsar 90.000 pesetas al año, reclama más servicios, en especial en horas puntas, para no tener que salir de clase 15 minutos antes por miedo a perder el autobús.

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