OPINIÓN DEL LECTOR

Sanidad y urgencia

Hace unos días acompañé a mi hermana al servicio de urgencias del hospital Clínico de San Carlos de Madrid, debido a una gastroenteritis. Esta visita constituía mi primer contacto con los servicios hospitalarios madrileños. Las impresiones que aquél me ha dejado son causa de mi renovada adhesión al clamor popular de una sanidad pública digna.

Las condiciones en las que se encontraban las instalaciones resultaban penosas (lavabos provisionales, salas de atención al enfermo pequeñas, ruidosas y comunicadas entre sí por una no muy eficaz cortina). Además, lo que es más grave, la atención a...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Hace unos días acompañé a mi hermana al servicio de urgencias del hospital Clínico de San Carlos de Madrid, debido a una gastroenteritis. Esta visita constituía mi primer contacto con los servicios hospitalarios madrileños. Las impresiones que aquél me ha dejado son causa de mi renovada adhesión al clamor popular de una sanidad pública digna.

Las condiciones en las que se encontraban las instalaciones resultaban penosas (lavabos provisionales, salas de atención al enfermo pequeñas, ruidosas y comunicadas entre sí por una no muy eficaz cortina). Además, lo que es más grave, la atención al enfermo distaba mucho de adecuarse a los mínimos requeridos en un servicio de urgencia. A los pocos minutos de entrar en la sala de espera se nos hizo pasar a una especie de consulta donde, sin tomar el pulso, ni la fiebre, ni la tensión, ni siquiera tocar al enfermo, se ordenaron unos análisis de orina y de sangre.

Esta pronta actuación tan sólo fue un espejismo previo a la espera de más de cuatro horas a los resultados del análisis.

Esta experiencia no es sino el reflejo de un grave problema de recursos humanos en los servicios hospitalarios de urgencias. La demanda excede la oferta de personal y este fallo en la gestión recae directamente sobre el usuario. Respecto a estos últimos, les animo a que, en su decepción respecto al derecho de asistencia sanitaria digna, no se refugien en el menosprecio de la sanidad pública frente a la privada.

Tenemos un sistema sanitario con problemas que pueden ser superados no sólo con la voluntad política que desde aquí exijo, sino también con una voluntad ciudadana crítica en su defensa de una sanidad pública de calidad.-

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En