Un libro de la Vital recorre las referencias geográficas a Álava desde el siglo XVIII

El volumen es un homenaje al pionero ilustrado Tomás López

Tomás López, uno de los principales representantes de la Ilustración española, fue el artífice de las primeras referencias geográficas y cartográficas rigurosas de la historia de la corona hispánica. A su recopilación dedicó más de 30 años de su vida y para su elaboración mantuvo una cuidada correspondencia con las principales mentes de cada territorio que quería describir. Aprovechando aquella documentación en lo referente a Álava, la Caja Vital publicó a finales del año pasado Doscientos años de geografía en Álava. Del cuestionario de Tomás López a la actualidad, en la que se r...

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Tomás López, uno de los principales representantes de la Ilustración española, fue el artífice de las primeras referencias geográficas y cartográficas rigurosas de la historia de la corona hispánica. A su recopilación dedicó más de 30 años de su vida y para su elaboración mantuvo una cuidada correspondencia con las principales mentes de cada territorio que quería describir. Aprovechando aquella documentación en lo referente a Álava, la Caja Vital publicó a finales del año pasado Doscientos años de geografía en Álava. Del cuestionario de Tomás López a la actualidad, en la que se recogen las referencias a este territorio a lo largo de los dos últimos siglos, con atención a geógrafos célebres como Pascual Madoz, otro de los imprescindibles a la hora de estudiar las poblaciones de España en el siglo XIX.

Aunque el papel del geógrafo o el cartógrafo haya corrido en paralelo a la expansión de los distintos imperios, lo cierto es que los mapas y los atlas detallados y con precisa referencia a cualquier topónimo, no se comienzan a elaborar hasta hace tres siglos. De ahí que la obra que llevó a cabo Tomás López (Madrid, 1730) fuera de unas dimensiones tales que es difícil entender cómo consiguió terminarla. Como recoge Doscientos años de geografía en Álava Tomás López mantuvo una intensa correspondencia con el fin de recabar el número de datos más preciso posible. Sólo en lo referente a Álava se conservan 41 cartas con 33 remitentes, lo que da una idea de la tarea en que se embarcó el ilustrado madrileño.

Para llevar a cabo este trabajo, había que tener una preparación académica a la altura de la empresa: Tomás López recibió sus primeros estudios en su villa natal, donde destacó en la práctica del dibujo. Ante estas dotes, se le envió a París para el estudio de la geografía, especialidad científica cuya importancia ya se consideraba vital para el conocimiento y defensa de los estados modernos. A su vuelta de la capital francesa, en 1760, comienza a trabajar en la elaboración de mapas, primero de Madrid, luego del resto del reino.

Principales municipios

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En lo concerniente a Álava, atendió a los principales municipios del territorio en aquella época. Así, por ejemplo, de la Llanada alavesa, estudia Elgea, Salvatierra, Trespuentes, Vitoria, Narvaja y Alegría; y de la Rioja Alavesa, se citan Laguardia, Labastida y Oyón. Si en éstas zonas, los pueblos elegidos tienen todavía una relevancia similar, en otras comarcas, la elección sorprende. Así, en la Cantábrica Alavesa, los municipios elegidos son Ayala, Lezama, Llodio, Vicaría de Tudela y Santiago de Tudela. Estas dos últimas, desconocidas en la actualidad.

Pero una lectura detallada, lleva al lector a entender esa toponimia, ya que como explican los editores de esta obra coordinada por Antonio Altarriba, 'La Vicaría de Tudela es una de las divisiones eclesiásticas que pertenecía al obispado de Valpuesta hasta el siglo XI y que en buena parte luego pasó a las diócesis de Santander y Burgos'. Y el lector observa que esta denominación se refiere a las actuales Artziniega y pueblos de alrededores.

Eso sí, los mapas distan en buen grado de los detallados planos actuales. Tomás López, a partir de las referencias de sus corresponsales, realizaba unas cartografías muy sencillas, en las que aparecen sobre todo los topónimos, los principales caminos y algunas alusiones a los accidentes geográficos, todo ello completado con dibujos sencillos para señalar las sierras y los montes.

El volumen publicado por la Caja Vital es un trabajo de 400 páginas, completadas con 44 fotografías en color, 36 mapas y 27 ilustraciones, en el que se presta especial atención al modo de trabajo del geografo Tomás López.

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