LA OFENSIVA TERRORISTA

La desactivación de la bomba en Zarautz dañó más de 300 tumbas

La explosión controlada de la bomba colocada por ETA el pasado martes en el cementerio de Zarautz causó daños en 221 nichos y 71 panteones que supondrán un gasto de más de dos millones de pesetas para las arcas del Ayuntamiento de esta localidad guipuzcoana. Además, en 15 panteones situados muy cerca de la tumba del edil popular José Ignacio Iruretagoyena los desperfectos son más importantes, por lo que el consistorio solicitará al Gobierno vasco que costee estas reparaciones con cargo al programa de ayudas a las víctimas del terrorismo.

El Ayuntamiento precisó que la explosión causó la...

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La explosión controlada de la bomba colocada por ETA el pasado martes en el cementerio de Zarautz causó daños en 221 nichos y 71 panteones que supondrán un gasto de más de dos millones de pesetas para las arcas del Ayuntamiento de esta localidad guipuzcoana. Además, en 15 panteones situados muy cerca de la tumba del edil popular José Ignacio Iruretagoyena los desperfectos son más importantes, por lo que el consistorio solicitará al Gobierno vasco que costee estas reparaciones con cargo al programa de ayudas a las víctimas del terrorismo.

El Ayuntamiento precisó que la explosión causó la rotura de los cristales exteriores de 221 nichos y daños en las tapas frontales de 71 panteones. La reparación obligará a mantener cerrado el camposanto hasta el próximo martes.

Fuentes municipales precisaron que la detonación no acarreó la rotura de ataúdes ni, por tanto, la salida de restos humanos.

Por otro lado, la bomba colocada por ETA, al parecer antes del homenaje al edil asesinado por la banda terrorista, fue activada con un mando de control remoto y no explotó por un fallo en el detonador, informa Efe. La investigación descarta la posibilidad de que los inhibidores de frecuencias y de ondas de los servicios de seguridad interceptaran la señal de un radiomando o de un teléfono móvil e impidieran su funcionamiento.

En el segundo caso, los expertos sostienen que un inhibidor de ondas habría logrado distorsionar todos los móviles que había en el recinto, y eso no ocurrió.

Un artefacto estalló poco antes de la medianoche de ayer en una sucursal del BSCH en Oiartzun (Guipúzcoa). No se produjeron daños personales, aunque sí cuantiosos daños materiales.

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