Bush sigue sin incorporar demócratas en un Gobierno de tinte conservador

George W. Bush añadió ayer cuatro nuevos miembros a su Gabinete sin que haya sombra de los principios de integración, unificación y bipartidismo de que habló durante la campaña electoral y en su discurso de reconocimiento de la victoria. Lo que se ve hasta ahora es una reedición del republicanismo más conservador de los años ochenta en lo social y duro en política exterior. En el segundo escalón de nombramiento de ayer, una mujer, Gale Norton, se encargará de Interior; Rodney Paige, un negro, de Educación; Tommy Thompson, de Sanidad y Seguridad Social, y Anthony Principi, de los veteranos de g...

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Reducción de ayudas

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George W. Bush añadió ayer cuatro nuevos miembros a su Gabinete sin que haya sombra de los principios de integración, unificación y bipartidismo de que habló durante la campaña electoral y en su discurso de reconocimiento de la victoria. Lo que se ve hasta ahora es una reedición del republicanismo más conservador de los años ochenta en lo social y duro en política exterior. En el segundo escalón de nombramiento de ayer, una mujer, Gale Norton, se encargará de Interior; Rodney Paige, un negro, de Educación; Tommy Thompson, de Sanidad y Seguridad Social, y Anthony Principi, de los veteranos de guerra."La derecha cristiana ya tiene dos miembros en el Gobierno, donde quiere ver a auténticos creyentes", comentó ayer Ira Loss, de Washington Analysis, una entidad que asesora a inversores, al saber del nombramiento de Thompson, de 59 años. El hasta ahora gobernador de Wisconsin se suma en ese frente a John Ashcroft, propuesto hace unos días como fiscal general, que sigue siendo el miembro más conservador del futuro gabinete.

Lo subrayaban las sólidas posiciones promovidas por Thompson, pero desde la derecha más rotunda no se le considera suficientemente conservador. Un portavoz de la American Life League dijo que Thompson había elogiado el trabajo de un investigador de la Universidad de Wisconsin que trabaja con células procedentes de embriones humanos. A pesar de las dudas de los más conservadores, se cree que intentará cumplir la promesa de Bush de anular la aprobación por la Administración de Bill Clinton de la píldora del día siguiente, la RU-486.

Thompson tiene un nombre en Estados Unidos por los programas sociales de Wisconsin, donde redujo en más del 90% la lista de quienes reciben ayudas al supeditar tales apoyos a la consecución de trabajo, la asistencia de niños al colegio o el matrimonio de parejas solteras con hijos. Ésas son ideas que Bush quiere explotar a escala nacional. En su mesa, Thompson tendrá también los planes de reforma de la Sanidad.Rod Paige llega a Educación, desde su responsabilidad en el mismo sector en Houston (Tejas), donde puso en marcha un sistema aireado por Bush como ejemplar durante la campaña electoral y consistente en exigir a las autoridades de los colegios responsabilidades por los resultados de los escolares. No se le vincula con la política de los bonos, muy querida de los conservadores y radicalmente opuesta por los demócratas: subvencionar a los padres para que envíen a los hijos a los colegios que deseen.

Gale Norton es una republicana que tolera el aborto, pero que se inclina hacia el conservadurismo político en cuestiones de medioambiente y economía. Tony Pirncipi, un condecorado veterano de Vietnam, se ocupará del bienestar de quienes han servido en las fuerzas armadas estadounidenes.

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Con estos nuevos nombramientos, Bush sigue sin hacer realidad su promesa de unificador y de tender la mano a los demócratas. Su gabinete es una reedición de los muy ideologizados de su padre y de Ronald Reagan. En política exterior van de la mano la extrema cautela en la intervención exterior -encarnada por Colin Powell, como jefe de la diplomacia, y Condoleeza Rice, como consejera de Seguridad Nacional- con una defensa en la que no se regatean medios, idea promovida sin descanso por Donald Rumsfeld. Los analistas políticos no conservadores tienen la impresión de que Bush y su gente se sienten incómodos en los tiempos que corren y añoran las certidumbres de los tiempos de la guerra fría.

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