Cerca de 200.000 espectadores asistieron a las proyecciones del Festival de San Sebastián

El Festival de Cine de San Sebastián ha superado con nota la edición que marca su asentamiento definitivo en el Kursaal. Aproximadamente 200.000 espectadores asistieron a los pases de la 47 entrega del certamen, lo que supune una asistencia de 5.000 personas más que en 1999. Este crecimiento manifiesta el espaldarazo del público a la programación, que ha reportado 62,5 millones de pesetas de recaudación en taquilla. El nuevo director y gerente del Zinemaldia, Mikel Olaciregi, prevé un déficit técnico que no llegará al 3% de un presupuesto de 780 millones.

La masiva respuesta del público...

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El Festival de Cine de San Sebastián ha superado con nota la edición que marca su asentamiento definitivo en el Kursaal. Aproximadamente 200.000 espectadores asistieron a los pases de la 47 entrega del certamen, lo que supune una asistencia de 5.000 personas más que en 1999. Este crecimiento manifiesta el espaldarazo del público a la programación, que ha reportado 62,5 millones de pesetas de recaudación en taquilla. El nuevo director y gerente del Zinemaldia, Mikel Olaciregi, prevé un déficit técnico que no llegará al 3% de un presupuesto de 780 millones.

La masiva respuesta del público supone la mejor noticia para un festival que afrontaba con miedo su segundo año en el Palacio de Congresos y Auditorio de San Sebastián. "Teníamos una cierta inquietud", reconoce Olaciregi. "No sabíamos si el efecto Kursaal, el efecto de la novedad del auditorio pudo atraer en 1999 a gente que este año preferiría quedarse en casa". Pero no ha sido así. "La cifra no sólo se ha mantenido, sino que incluso, se ha incrementado levemente", indica.Aproximadamente 200.000 espectadores, unos 5.000 más que el pasado año, refrendaron la programación del festival. Tanto los pases de las secciones estrella, la oficial y Zabaltegi, como las proyecciones incluidas dentro de las retrospectivas dedicadas a Carol Reed, Bernardo Bertolucci y la Generación de la Televisión. El festival "ha tocado prácticamente techo en número de espectadores", señala Olaciregi. "Se llenaron prácticamente todas las sesiones".

Recaudación

Esta realidad se traduce en una recaudación de 62,5 millones en taquilla, frente a los 55 del año anterior. En todo caso, este incremento tiene una explicación clara. "Los 7,5 millones de más se corresponden prácticamente con los ingresos del concierto que ofreció en el velódromo Caetano Veloso", explica el director. El certamen contó el pasado mes de septiembre con 780 millones de pesetas para satisfacer la sed de cine del público, es decir, con un 8% más de medios económicos que en 1999. Han aumentado los ingresos, pero también los gastos por las necesidades de adaptación al edificio, mejoras para una mejor calidad de servicio que no se tuvieron en cuenta el primer año y que se han incorporado en la última edición. Por eso, y a la espera del cierre definitivo de las cuentas, el director prevé "un déficit técnico que no llegará al 3% del presupuesto global, unos 20 millones de pesetas", frente a los tres millones de 1998 -tras la aportación extraordinaria de las instituciones-.

Mikel Olaciregi augura que el proceso de adaptación al Kursaal llevará todavía unos cuantos años e indica que sería deseable una subida del 10% del presupuesto para hacer frente a este reto. Por el momento, el festival se ha topado con algunos inconvenientes que trata de solventar.

"Quizá, el problema más acuciante que hemos encontrado", señala Olaciregi, "es que la calidad de las proyecciones no es la que cabe esperar de un festival de clase A y ahí estamos concentrando muchos esfuerzos".

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El responsable del certamen explica que "se produce una inclinación excesiva en el ángulo de proyección", un aspecto que puede pasar inadvertido para los espectadores, pero no para los directores de fotografía o los responsables cinematográficos en general, que "ven modificaciones de la imagen proyectada con respecto a la filmada".

Olaciregi no culpa al Kursaal de no haber tenido en cuenta este aspecto del equipamiento. "Estas son lecciones", dice, "que nunca se aprenden en carne ajena". Y explica que cuando el Festival de Cannes se asentó en su sede actual también fue realizando modificaciones durante tres o cuatro años. "Hay que tener en cuenta", concluye, "que el Kursaal es un edificio con vocación multidisciplinar, donde tiene que tener cabida desde una actividad industrial y comercial como los congresos, hasta una actividad melómana o cinematográfica. Los encajes son muy complejos".

En cualquier caso, el director adelanta que el festival trabaja conjuntamente tanto el Kursaal como las instituciones que integran el certamen -Ayuntamiento de San Sebastián, Diputación de Guipúzcoa, Gobierno vasco y Ministerio de Cultura- para buscar una solución.

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