PATRIMONIO

Alcalá restaura una de sus principales iglesias barrocas

A la iglesia de Santa María, uno de los ocho monumentos nacionales de Alcalá, le ha llegado por fin el turno de ser restaurada. El Obispado de Alcalá, con 75 millones de pesetas de la Comunidad y cuatro de la parroquia, ha reparado sus cubiertas y limpiado su fachada de piedra y está rehabilitando su interior. Los trabajos incluyen medidas para alejar a las palomas y dar alojamientos que no perjudiquen a este templo barroco del siglo XVII a otros vecinos, los cernícalos primilla y las cigüeñas. La restauración de la capilla de Las Santas Formas y sus frescos tendrá que esperar.La iglesia se em...

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Cernícalos primilla

A la iglesia de Santa María, uno de los ocho monumentos nacionales de Alcalá, le ha llegado por fin el turno de ser restaurada. El Obispado de Alcalá, con 75 millones de pesetas de la Comunidad y cuatro de la parroquia, ha reparado sus cubiertas y limpiado su fachada de piedra y está rehabilitando su interior. Los trabajos incluyen medidas para alejar a las palomas y dar alojamientos que no perjudiquen a este templo barroco del siglo XVII a otros vecinos, los cernícalos primilla y las cigüeñas. La restauración de la capilla de Las Santas Formas y sus frescos tendrá que esperar.La iglesia se empezó a levantar en 1602 en la Alcalá de la Universidad de Cisneros. Era el Colegio Máximo de la Compañía de Jesús, el más importante de la poderosa provincia eclesiástica de Toledo y siguió el canon de la iglesia Gesú de Roma, prototipo de las jesuíticas. Nunca se había sometido a una labor integral de restauración y estaba bastante deteriorada.

Los trabajos comenzaron con retraso, en septiembre, pues había que esperar a que los polluelos de cernícalo primilla -una especie protegida- abandonaran sus nidos en el templo. Lo primero fue restaurar las cubiertas. Después, la fachada. Su limpieza ha sido laboriosa. Había dos grandes higueras arraigadas en sus cornisas y en algunos puntos la palomina -excremento de paloma- formaba montañas de hasta un metro.

La palomina ataca la piedra, bloquea los desagües y sirve de abono a semillas de plantas. Por eso se han invertido cinco millones en un sistema, con dos cables paralelos colocados en las cornisas, que crea un campo eléctrico que impide posarse a las pájaros. Las palomas no serán bienvenidas, pero los cernícalos primilla sí, aunque en otras zonas. Los mechinales, antiguos huecos para sustentar andamios, de las fachadas laterales se han estrechado para que permitan anidar a los cernícalos, pero no a una paloma, que es más grande. También se han puesto, sobre plataformas que no dañan las tejas, tres nidos artificiales de cigüeña.Ya en el interior se han cambiado suelos, se ha recuperado una capilla, se han descubierto seis ventanas de la nave central, antaño tapiadas, y se está sustituyendo el rojo de ésta por los colores originales, el blanco y el ocre. En este proceso se ha cubierto un fresco de tres metros cuadrados sobre el martirio de los Santos Niños pintado por un sacerdote alcalaíno, el padre Palero, hace 40 años. El criterio de los restauradores no ha coincidido con el de algunos feligreses, que se han quejado de su desaparición.

Para lo que no ha llegado el dinero ha sido para restaurar la capilla de Las Santas Formas, cuya cúpula está cubierta por un hermoso fresco del siglo XVII, obra de Juan Cano de Arévalo.

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