Entrevista:JUAN MANUEL KINDELÁN | PRESIDENTE DEL CONSEJO DE SEGURIDAD NUCLEAR

"Tomamos nota de lo que nos cuentan y nos lo creemos"

PRESIDENTE DEL CONSEJO DE SEGURIDAD NUCLEAR

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), cuyo presidente es Juan Manuel Kindelán, acaba de celebrar su 20 aniversario pero, pese al acto solemne del Congreso de los Diputados, no ha sido un cumpleaños alegre. El submarino nuclear Tirelees varado en Gibraltar desde mayo ha enturbiado las celebraciones.Pregunta. ¿Le han estropeado la fiesta?

Respuesta. Teníamos un gran prestigio, dentro y fuera de España, pero este asunto pone desgraciadamente en cuestión nuestra credibilidad ante la opinión pública.

P. ¿Se siente incómodo el Consejo?

R. Sí, ...

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El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), cuyo presidente es Juan Manuel Kindelán, acaba de celebrar su 20 aniversario pero, pese al acto solemne del Congreso de los Diputados, no ha sido un cumpleaños alegre. El submarino nuclear Tirelees varado en Gibraltar desde mayo ha enturbiado las celebraciones.Pregunta. ¿Le han estropeado la fiesta?

Respuesta. Teníamos un gran prestigio, dentro y fuera de España, pero este asunto pone desgraciadamente en cuestión nuestra credibilidad ante la opinión pública.

P. ¿Se siente incómodo el Consejo?

R. Sí, muy íncómodo. Estamos atrapados en medio del fuego cruzado de las críticas de la oposición, de la Junta de Andalucía, de los alcaldes, de los ecologistas etcétera mientras el Gobierno nos hace hacer cosas que no nos convencen del todo. Nos hemos convertido en el chivo expiatorio de todos pero creo que eso demuestra que somos realmente independientes. Somos incluso más independientes que el órgano equivalente de Estados Unidos.

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P. ¿Se refiere a la inspección parcial del submarino por dos técnicos españoles justo después de que el Consejo dijera que no era útil ver el buque?

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R. Primero aquello no fue una inspección sino una visita a una parte del submarino. Segundo no dijimos que fuese inútil aquel recorrido sino que no ofrecería "información suficiente", que no nos bastaba con subir a bordo. La visita tuvo más interés político, para el Gobierno español que la solicitó, que técnico, pero tampoco fue inútil técnicamente.

P. En su primera rueda de prensa, en octubre, declaró que el Consejo no sabía nada de submarinos nucleares y, sin embargo, desde entonces han publicado comunicados afirmando que no había ningún peligro. ¿Debemos creerle?

R. Del submarino sabemos poco pero tenemos elementos de juicio suficientes para asegurar que no hay riesgo porque de reactores nucleares sí que lo conocemos todo. Sabemos que cuando un reactor está parado y en frío, y estamos seguros de que es así, el riesgo es nulo. ¡Hombre! Siempre se puede caer un avión sobre el Tirelees pero también podría abatirse sobre una central nuclear.

P. Sólo habrá peligro, a juzgar por sus informes, cuando se encienda de nuevo el reactor.

R. Así es. Las pruebas previas de presión permitirán establecer si la reparación de la fisura ha sido efectuada correctamente. Sólo entonces se pondrá en marcha el reactor. Incluso entonces el riesgo es mínimo. ¿Que es lo peor que podría pasar en el peor de los casos? Que se contamine el agua de la bahía de Algeciras pero no la atmósfera. Es grave pero no es una catástrofe de proporciones bíblicas.

P. ¿Han pedido al Gobierno español que gestione con Londres su asistencia a las pruebas de presión?

R. Sí. No es necesario para ello que accedamos al área del sumergible considerada como secreto militar. Se puede hacer, por ejemplo, una derivación de los instrumentos de medida para que los podamos ver fuera de la sala de máquinas.

P. ¿Como explican que parte de la opinión pública y algunas instituciones no se acaben de creer sus explicaciones tranquilizadoras?

R. Porque sólo dan crédito a los argumentos que avalan sus tesis. Si dijésemos que hay un gran peligro nos aplaudirían todos, hasta acaso el Gobierno.

P. El sumergible atracó en la colonia el 19 de mayo y tuvieron que transcurrir más de tres meses hasta que el Gobierno les pidió asesoramiento. ¿Es razonable un plazo tan largo?

R. Ignoro las razones que puede haber tenido el Gobierno para no consultarnos antes. Supongo que debía mantener algún contacto con los británicos y lo consideraba suficiente. Al principio sólo se preocupaban de esto los alcaldes de la zona y los ecologistas. Es una pena que se haya tardado tanto. Si se hubiese cogido el toro por los cuernos, la gente estaría más tranquila. Hubo ahí un tiempo que algunos aprovecharon para azuzar a la opinión pública.

P. El Consejo es un organismo independiente. Podía haberse negado a asesorar al Gobierno con relación a un problema fuera de las fronteras españolas.

R. ¡Faltaba más! Somos independientes pero responsables. Sospechábamos que al decir que sí podíamos convertirnos en el blanco de todas las críticas. Es verdad que, a diferencia de otros casos como las centrales nucleares españolas, asesoramos al Gobierno con pobreza. Hay que recordar que no tenemos jurisdicción sobre Gibraltar.

P. ¿Eso significa que la información que les comunican los británicos es pobre?

R. Al principio nos llegaba una información limitada pero de calidad. Limitada porque faltaban, por ejemplo, los datos de base del laboratorio. Recibíamos las conclusiones. El 12 de octubre nos comunicaron que la avería, es decir la fisura, era mayor de la prevista. Después anunciaron la retirada para revisión de otros once submarinos. No es un error dramático el que cometieron en su primer diagnóstico. Tras la visita de Blair [primer ministro británico] a España, a finales de octubre, se agiliza el suministro de información. Ahora les acabamos de hacer una batería de preguntas que esperamos que contesten. Nos deben enviar, entre otras cosas, las inspecciones metalográficas (estructura del metal).

P. Toda la información con la que trabajan es pues de orígen británico. ¿Son de fiar?

R. Hacemos nuestras propias mediciones radiológicas. Aparte de eso nos limitamos a tomar nota de lo que nos cuentan y nos lo creemos. Los informes que nos hacen llegar son de una gran coherencia. Sé que se compara al Tireless con la crisis de las vacas locas en la que algunos Gobiernos han engañado a la opinión pública. No tiene nada que ver. En el asunto del vacuno los intereses comerciales en juego son enormes y hay más motivos para mentir.

P. ¿Por que no se pronuncia el Consejo sobre si se puede transportar al Tireless, por ejemplo en la bodega de un carguero, hasta una base naval del Reino Unido?

R. No nos compete. No conocemos precedentes de tranporte de submarinos nucleares. Intuyo que plantea ciertas dificultades. Observo que la empresa holandesa que se ofreció a hacerlo ha matizado su propuesta. Sí creo que el Gobierno debería pedir un informe serio al Reino Unido sobre los riesgo que entrañaría el traslado. Es posible que al final decidan no repararlo en Gibraltar.

P. Usted está a punto de cesar en la presidencia del Consejo que ejerció durante seis años.

R. Sí. Mi marcha estaba prevista y no guarda relación alguna con el dichoso submarino. En contra de lo que se ha escrito no tengo ninguna prisa por irme.Ahora bien, me da pena que surja este problemón cuando me estoy marchando.

P. ¿Siguen subsistiendo muchos prejucios en contra de la energía nuclear.

R. Sí. No entiendo el miedo espantoso que suscita. Junto con la aeronaútica no hay una industria en la que se tomen tantas precauciones. El riesgo no está en las centrales sino en el uso cada vez mayor de la radioactividad.

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