El Gobierno quiere imponer a las comunidades los contenidos de cada curso de la ESO

La reforma de humanidades incluirá el aumento de una hora de lengua y otra de matemáticas

El Gobierno planea imponer a las comunidades los contenidos que se deben estudiar en cada curso de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) limitando su actual libertad para distribuir el currículo según los criterios y necesidades de cada autonomía. Esta medida se desprende de un documento enviado por el Ministerio de Educación al PSOE, CiU y al consejero de Educación vasco, que recoge las principales medidas que abordará la ministra Pilar del Castillo para reformar los contenidos mínimos (los que marca el Gobierno para toda España), entre los que se encuentran los de humanidades. El texto r...

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El Gobierno planea imponer a las comunidades los contenidos que se deben estudiar en cada curso de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) limitando su actual libertad para distribuir el currículo según los criterios y necesidades de cada autonomía. Esta medida se desprende de un documento enviado por el Ministerio de Educación al PSOE, CiU y al consejero de Educación vasco, que recoge las principales medidas que abordará la ministra Pilar del Castillo para reformar los contenidos mínimos (los que marca el Gobierno para toda España), entre los que se encuentran los de humanidades. El texto refleja solamente un aumento de una hora semanal de lengua y otra de matemáticas en el primer ciclo de la ESO (1º y 2º).

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El nuevo proyecto, que introduce la informática como asignatura optativa en todos los centros de secundaria, disminuye la capacidad de decisión de las comunidades en la organización del currículo y contiene medidas que pueden provocar un gran impacto en las relaciones del Gobierno con ellas. Por medio de cuatro reales decretos, Pilar del Castillo pretende dar un repaso a los contenidos de todas las asignaturas principalmente con un doble fin: impulsar las enseñanzas de humanidades y aportar una mayor concreción a los contenidos de la asignaturas de la ESO y el bachillerato. La ministra retoma así el proyecto de la ex titular de Educación, Esperanza Aguirre, que en la pasada legislatura no pudo sacar adelante por el rechazo de todos los partidos parlamentarios, excepto el PP.

El Gobierno tiene potestad para establecer los llamados contenidos mínimos de la educación, que representan el 65% de los que estudian los alumnos en las comunidades sin lengua propia y el 55%, en las que sí la tienen. Pero en el acuerdo político que lograron los socialistas en 1991 para establecer estos contenidos, al que se llegó después de dos años de negociaciones, se deja a las comunidades que organicen por cursos el reparto de las contenidos marcados para toda la etapa de la secundaria. Las comunidades podrían considerar la introducción de esta medida como una invasión de sus propias competencias y una pérdida de la confianza en su capacidad de organizar el currículo.

Esta modificación implicará además relevantes cambios organizativos en el currículo de algunas comunidades, especialmente de Cataluña, donde el sistema educativo implantado es más flexible y variado que el del Gobierno y está organizado por créditos y no por asignaturas. Es un sistema similar al que se utiliza en las universidades desde que se implantaron los nuevos planes de estudios.

El equipo de Pilar del Castillo ha iniciado una ronda de conversaciones con el PSOE, CiU y el Gobierno Vasco con el fin de buscar el consenso para su proyecto. El documento entregado en los últimos días a los representantes de otros partidos está formado por fichas independientes distribuidas por materias, el mayor número de las cuales se refiere a las modalidades del bachillerato, en las que se introducen, sin embargo, cambios menores. Se incluyen, por ejemplo, matizaciones en los temarios de materias como electrotecnia, mecánica, tecnología industrial, biología y dibujo técnico.

La única referencia que aparece en el texto a los cambios horarios es un incremento en una hora del horario lectivo de lengua y matemáticas en los dos primeros cursos de la ESO. La intención del Gobierno parece ser aumentar en dos horas la carga lectiva semanal de estos dos cursos, que actualmente asciende a 28 horas. Sin embargo, este incremento del horario ya lo han puesto en marcha comunidades como Andalucía, Cataluña y el País Vasco.

Según los cálculos de los expertos, la ampliación de cada asignatura tiene un coste anual en toda España de unos 4.000 millones de pesetas. Esto significa que, si se saca adelante esta reforma, Educación debería destinar 8.000 millones de pesetas anuales adicionales a este concepto, principalmente para profesorado.

El documento también señala la obligación de que todos los centros ofrezcan la asignatura de informática como optativa desde los 12 años. Sin embargo, las materias optativas no están reguladas por medio de las enseñanzas mínimas, que marcan sólo las obligatorias. La Ley de Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE) señala como únicas asignaturas optativas de la ESO de oferta obligada para todos los centros de España la Lengua extranjera y la Cultura Clásica, por lo que sería de dudosa legalidad introducir una más por medio de modificaciones en las enseñanzas mínima y sin tocar la ley.

La incorporación de la informática irá probablemente en detrimento de la elección de la Cultura Clásica por los alumnos, que deberán optar entre Cultura Clásica, Informática y Lengua Extranjera.

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