Una exposición reúne los paisajes de Vizcaya del pintor Darío de Regoyos

El pintor Darío de Regoyos (Ribadesella, 1857-Barcelona, 1913) llevó a su pintura los paisajes que le rodearon en sus años de estancia en Vizcaya. Los muelles de la ría de Bilbao, los paisajes del Duranguesado y los rincones de Las Arenas en los primeros años del siglo XX están en la veintena de cuadros de la exposición Regoyos en Bizkaia. "Son las obras de plenitud, de paisajes luminosos", destacó la comisaria, Mercedes Prado. La muestra, inaugurada ayer en la sala de la Fundación BBK (Gran Vía, 32), se acompaña de fragmentos de cartas que el artista escribió en esa época.

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El pintor Darío de Regoyos (Ribadesella, 1857-Barcelona, 1913) llevó a su pintura los paisajes que le rodearon en sus años de estancia en Vizcaya. Los muelles de la ría de Bilbao, los paisajes del Duranguesado y los rincones de Las Arenas en los primeros años del siglo XX están en la veintena de cuadros de la exposición Regoyos en Bizkaia. "Son las obras de plenitud, de paisajes luminosos", destacó la comisaria, Mercedes Prado. La muestra, inaugurada ayer en la sala de la Fundación BBK (Gran Vía, 32), se acompaña de fragmentos de cartas que el artista escribió en esa época.

La exposición arranca con la obra Al paso de la procesión (Orduña), un lienzo pintado en 1903, en el momento en que Regoyos dejaba atrás su época negra y entraba en los luminosos paisajes de día. Esa pintura aislada abre paso a los rincones de Durango y la comarca del Duranguesado, que fueron pintados durante la estancia de Regoyos en esta localidad vizcaína para estar cerca de su esposa, recluida en el sanatorio de Santa Águeda a causa de sus problemas psiquiátricos.Regoyos en Bizkaia está organizada en series que saltan el orden cronológico para formar "secuencias desde el punto de vista cromático" de paisajes pintados entre 1903 y 1910, según explicó el responsable de su producción, Alfonso Carlos Saiz Valdivielso.

En el tiempo que el artista se estableció en Bilbao pintó en exclusiva el entorno de la ría del Nervión. La siguiente serie coincide con su traslado a Las Arenas y muestra los paisajes urbanos de esa localidad, junto a otras panorámicas de Erandio, Algorta, Urduliz, Plentzia y Gorliz. Son trabajos de pequeño formato, que Regoyos podía guardar en su caja de pinturas cuando viajaba en tren para pintar los paisajes sobre el terreno.

Regoyos en Bizkaia reúne 21 pinturas, de la treintena de obras pintadas en la época que están catalogadas, y en su mayoría pertenecen a colecciones privadas. La exposición se completa con fragmentos de la correspondencia que el autor mantuvo con su colega Manuel Losada, junto a quien promovió exposiciones de arte moderno en Bilbao, con el músico Isaac Albéniz y con el crítico Ricardo Gutiérrez Abascal. "Losada dijo de estas cartas que constituyen la más auténtica autobiografía que se ha podido escribir", señaló Prado.

La muestra inaugurada ayer coincide el centenario de la primera exposición de Regoyos realizada en Bilbao. La visión de Vizcaya complementa la exposición Impresiones del norte, una colección de medio centenar de paisajes de la cornisa cantábrica de Regoyos, que se expuso el pasado verano en Santillana del Mar (Cantabria).

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