Cartas al director

Falta de perspicacia

El llamativo (y reiterado) entusiasmo con que los críticos cinematográficos de EL PAÍS se han consagrado a la denostación de la película Plenilunio lleva a uno de ellos, M. Torreiro, a encontrar una confirmación de sus opiniones negativas en la reacción de una parte del público en una de las sesiones del Festival de San Sebastián. El señor Torreiro cita "los largos pitidos y carcajadas a destiempo" que se escucharon durante la proyección, pero parece que su perspicacia para juzgar lo que veía en la pantalla no se extiende a lo que sucedía fuera de ella, ni al ambiente que reinaba esos d...

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El llamativo (y reiterado) entusiasmo con que los críticos cinematográficos de EL PAÍS se han consagrado a la denostación de la película Plenilunio lleva a uno de ellos, M. Torreiro, a encontrar una confirmación de sus opiniones negativas en la reacción de una parte del público en una de las sesiones del Festival de San Sebastián. El señor Torreiro cita "los largos pitidos y carcajadas a destiempo" que se escucharon durante la proyección, pero parece que su perspicacia para juzgar lo que veía en la pantalla no se extiende a lo que sucedía fuera de ella, ni al ambiente que reinaba esos días en San Sebastián. El grupo de espectadores que desde el principio intentó boicotear la película y al final la abucheó no lo hacía exactamente por compartir la cinefilia del señor Torreiro. Las carcajadas sonaban cuando el protagonista de la película mira debajo de su coche para ver si le han puesto una bomba, y el regocijo llegó al máximo en la escena en que un terrorista intenta matarlo. Qué raro que M. Torreiro no advirtiera la voluntad de provocación y el peculiar sentido del humor de esos pocos y ruidosos espectadores, y que EL PAÍS, a diferencia de otros medios, no haya informado de esa tentativa de boicoteo, ni del calor con que la película fue recibida por el público la noche de su proyección oficial.- . .

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