Las históricas medidas de Nixon

En 1973, los países árabes dejaron de enviar petróleo a Estados Unidos por su actitud pro-israelí en el conflicto con Egipto, Siria y Líbano. El entonces presidente de EE UU, Richard Nixon, tomó una serie de medidas para reducir el consumo de carburantes ante la escasez de crudo. La gravedad de aquella crisis dista mucho de la actual, pero bien vale el recuerdo de hasta dónde puede llegar un Gobierno de un país muy dependiente de la importación de crudo si su objetivo es el de bajar la demanda.

Nixon pidió al Congreso de EE UU que le otorgara poderes extraordinarios para ordenar el raci...

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En 1973, los países árabes dejaron de enviar petróleo a Estados Unidos por su actitud pro-israelí en el conflicto con Egipto, Siria y Líbano. El entonces presidente de EE UU, Richard Nixon, tomó una serie de medidas para reducir el consumo de carburantes ante la escasez de crudo. La gravedad de aquella crisis dista mucho de la actual, pero bien vale el recuerdo de hasta dónde puede llegar un Gobierno de un país muy dependiente de la importación de crudo si su objetivo es el de bajar la demanda.

Nixon pidió al Congreso de EE UU que le otorgara poderes extraordinarios para ordenar el racionamiento de gasolinas, implementar cambios de horario para aprovechar la luz diurna, restringir los horarios comerciales y el uso de energía eléctrica para publicidad, imponer tasas para penalizar el uso excesivo de combustible, eximir a la industria de controles de polución medioambiental y disponer de las existencias estratégicas almacenadas en la Reserva Petrolera de Elk Hills en California.

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Añadido a esto, el presidente anunció en un discurso al país que utilizaría los poderes de los que ya disponía para evitar que la industria dejara de utilizar carbón en favor del consumo de petróleo. Llegó incluso a ordenar que se redujera al máximo la calefacción en las oficinas dependientes del Gobierno federal, a limitar la velocidad en todas las autopistas de jurisdicción federal a 80 kilómetros por hora y a reducir las existencias de queroseno de aviación y el gasóleo de calefacción para hogares.

Con todas las medidas, el Gobierno estadounidense logró reducir el consumo de crudo en 2,35 millones de barriles diarios de los 17,5 millones diarios que hasta ese momento se utilizaban. EE UU producía entonces en torno a 9,5 millones; los restantes 8 millones tenía que importarlos.

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