Servicios de urgencia
Acabo de leer en EL PAÍS del 5 de septiembre las declaraciones del director gerente del Hospital Comarcal de Melilla sobre las circunstancias de la muerte de la pequeña de tres meses Yoursa el Founti, y sin entrar a valorar el tiempo que tuvo que esperar a ser atendida, me han llamado poderosamente la atención dos aspectos de su declaración. El primero es que, después de defender que los medios con los que cuenta el servicio de urgencias son suficientes, dice: "Lo que ocurre es que desde hace 10 años atendemos también a población de más allá de nuestras fronteras". Luego, por tanto, los medios...
Acabo de leer en EL PAÍS del 5 de septiembre las declaraciones del director gerente del Hospital Comarcal de Melilla sobre las circunstancias de la muerte de la pequeña de tres meses Yoursa el Founti, y sin entrar a valorar el tiempo que tuvo que esperar a ser atendida, me han llamado poderosamente la atención dos aspectos de su declaración. El primero es que, después de defender que los medios con los que cuenta el servicio de urgencias son suficientes, dice: "Lo que ocurre es que desde hace 10 años atendemos también a población de más allá de nuestras fronteras". Luego, por tanto, los medios no son suficientes para atender a toda la población, española o no, que lo requiere. Continúa diciendo que los ciudadanos extranjeros tienen que pagar la atención recibida, pero que esto no siempre ocurre, y cifra entre 200 y 300 millones de pesetas de pérdidas anuales por impagos de pacientes extranjeros y que debe sufragar el Insalud. Y es aquí donde saltan las alarmas, ya que intenta justificar la demora en la atención de un paciente que necesitaba atención inmediata con unos argumentos, a mi modo de ver, que son, al menos, sospechosos. Y es que ¿no se atendió antes a la niña porque no era española? ¿No sé la atendió antes porque, por ser extranjera, había muchas posibilidades de que sus familiares no pagaran la cuenta?Quiero pensar que la niña no fue atendida antes porque el servicio de urgencias estaba desbordado de trabajo y los facultativos no se dieron cuenta de la gravedad del estado del bebé, aunque sé que esto no justifica una muerte y no consuela el dolor de unos padres; pero cualquier otra explicación sería vergonzosa.
Los responsables del sistema sanitario deberían preocuparse de que los servicios de urgencia y los hospitales en general estuvieran dotados de los medios humanos y materiales suficientes para que todos los enfermos tuvieran el trato que merecen, ya sean españoles o no.- Maite Torrijos. Madrid.