Mercadillo de textos usados
Los libros de texto son muy caros, dicen los padres, pero se resisten a comprarlos de segunda mano. Ésta es la paradójica conclusión a la que han llegado los responsables de la librería Robafaves de Mataró (Barcelona) después de organizar, por primera vez, un mercadillo de libros usados que se celebró el sábado. "Creemos que los libros constituyen un patrimonio muy caro que hay que aprovechar", explica Pep Duran, director de la librería. "Aunque a los padres les cuesta desprenderse de los libros, creemos que un experimento como éste servirá para que unos se vayan acostumbrando a entregarlos a ...
Los libros de texto son muy caros, dicen los padres, pero se resisten a comprarlos de segunda mano. Ésta es la paradójica conclusión a la que han llegado los responsables de la librería Robafaves de Mataró (Barcelona) después de organizar, por primera vez, un mercadillo de libros usados que se celebró el sábado. "Creemos que los libros constituyen un patrimonio muy caro que hay que aprovechar", explica Pep Duran, director de la librería. "Aunque a los padres les cuesta desprenderse de los libros, creemos que un experimento como éste servirá para que unos se vayan acostumbrando a entregarlos a fin de curso y que otros los compren a principios del siguiente". Los que se acercaron por la parada que Robafaves instaló en el centro de la capital del Maresme pudieron adquirir volúmenes válidos para el presente curso desembolsando una cantidad cercana al 15% del valor real de cada ejemplar. El dinero recaudado fue a parar, en parte, a la empresa de reciclaje que se encargó de la recogida de los libros en junio pasado, L'Arca del Maresme. El resto quedó para la instalación del mercadillo y para las escuelas que atendieron a la convocatoria, media docena de centros públicos de enseñanza primaria y secundaria de la comarca, aunque los responsables de la campaña también invitaron a participar a escuelas privadas. Del millar de libros que consiguieron reunir, han podido aprovechar aproximadamente la mitad. Unos no servían porque ya no constaban en las previsiones del profesorado. Otros, porque tenían anotaciones o estaban rotos.
La iniciativa, aunque partió de Robafaves, contaba con el apoyo del Ayuntamiento de Mataró y del Consejo Comarcal del Maresme. Y, a pesar de la poca incidencia de su primera edición, Duran insiste en que repetirán. "Esta vez ha sido un acto testimonial. Pero hemos percibido que muchos padres lo han encontrado muy interesante". El año que viene intentarán recoger más libros para poder ofrecer mayor variedad a los partidarios del reciclaje.