VERANO 2000

Dos millones de personas hicieron turismo rural en la comunidad andaluza el año pasado

Jaén, con 5.355 plazas, es la provincia que tiene mayor oferta, seguida de Granada, con 4.851

El medio rural ha encontrado en el turismo algo más que una vía de subsistencia. La limitada capacidad de la agricultura para generar rentas que garanticen unos niveles de vida similares al medio urbano y para evitar el despoblamiento progresivo de las zonas rurales ha exigido la búsqueda de actividades económicas alternativas. La experiencia europea demuestra que el medio rural debe jugar un papel cada vez más importante como prestador de servicios, camino en el que el turismo se ha perfilado como un importante motor de desarrollo.Andalucía ha sido una de las últimas regiones españolas en inc...

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El medio rural ha encontrado en el turismo algo más que una vía de subsistencia. La limitada capacidad de la agricultura para generar rentas que garanticen unos niveles de vida similares al medio urbano y para evitar el despoblamiento progresivo de las zonas rurales ha exigido la búsqueda de actividades económicas alternativas. La experiencia europea demuestra que el medio rural debe jugar un papel cada vez más importante como prestador de servicios, camino en el que el turismo se ha perfilado como un importante motor de desarrollo.Andalucía ha sido una de las últimas regiones españolas en incorporarse a este fenómeno, y, aunque los resultados empiezan a ser significativos, los especialistas coinciden en que el potencial está aún lejos de dar todo su rendimiento. En 1999, el turismo rural produjo unos ingresos en la comunidad autónoma de 98.347 millones de pesetas, el 5% de la producción total del sector.

Según los datos de la Consejería de Turismo y Deportes, unos dos millones de personas hicieron el año pasado turismo rural, en torno al 10% del número total de turistas llegados a Andalucía. En el medio rural se localiza una tercera parte del turismo de interior en la comunidad, en tanto que el resto corresponde al turismo de ciudad. En conjunto, ambos segmentos representan el 30% del movimiento turístico en Andalucía. El peso mayoritario, el 70%, corresponde al litoral.

El impulso de las actividades turísticas ha sido uno de los pilares principales de los programas públicos para el desarrollo rural promovidos en los últimos años en Europa, de forma que las medidas para su fomento han constituido algo más de la mitad de las inversiones contempladas en los programas Leader de la UE. Este desarrollo se ha visto favorecido, además, por el hecho de que la demanda turística ha empezado a valorar más los elementos mediaombientales y socioculturales, que exige la diversificación de los productos y que supone mayores niveles de exigencia.

En Andalucía se constituyeron, entre 1991 y 1993, nueve grupos de acción local que elaboraron 407 proyectos de turismo rural para el programa Leader I con los que sumaron una inversión de 7.413 millones de pesetas y crearon unas 2.000 plazas de alojamiento rural. Entre 1994 y 1999 se desarrolló el programa Leader II, con unas inversiones, en 22 comarcas rurales andaluzas, de 39.509 millones de pesetas, de las que la cuarta parte han financiado proyectos relacionados con la actividad turística. Estas acciones se han completado con el Programa Español de Desarrollo y Diversificación Económica en Zonas Rurales (Proder), que en Andalucía ha tenido un presupuesto de 25.935 millones, de los que casi 4.000 han financiado medidas de apoyo al turismo rural (agroturismo y turismo local).Estas inversiones se han concentrado de forma excesiva en la oferta de alojamiento y se han dedicado muy pocos recursos a la promoción y comercialización, uno de los aspectos más débiles del turismo rural andaluz. Según la Consejería de Turismo, estos mecanismos son imprescindibles para garantizar la viabilidad de la oferta, pero además es necesario impulsar una oferta complementaria y ligar el turismo con otras actividades como la artesanía, los productos agroalimentarios, el deporte o la prestación de servicios a la tercera edad.

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Desde la administración se cuestiona la escasa planificación de los grupos de desarrollo local, que apenas han contado con análisis de la demanda potencial, ni estudios de rentabilidad o de impacto. La oferta de alojamientos, especialmente las casas rurales, se caracteriza por su excesiva dispersión, dueños carentes de cultura empresarial y de gestión y por una deficiente red de comercialización.

En la última década, la oferta de hoteles rurales casi se ha duplicado. En 1998 había censados 379 establecimientos hoteleros rurales, con 23.828 plazas. Jaén, con 5.355 plazas es la provincia que tiene mayor oferta seguida de Granada (4.851), Sevilla (3.830), Málaga (3.293), Córdoba (2.767), Cádiz (1.464), Almería (1.202) y Huelva (1.066).

La oferta de casas rurales es aún escasa, al menos las legalizadas y adaptadas al decreto de abril de 1995 que las regula y se localizan principalmente en las provincias de Málaga y Granada. La Junta sólo tiene censadas 100 casas legalizadas, pero tiene localizadas 732 que aparecen en folletos y guías especializadas que no cumplen los requisitos del decreto. El 80% de estos alojamientos están dentro de parques naturales o en sus zonas limítrofes.

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