Reportaje:

Estella estudia en Islandia

De tarde en tarde, algún informativo, alguna revista especializada regresa sobre el tema del "efecto invernadero" sólo para recordar al público la vigencia de uno de los problemas medioambientales más graves que conoce el planeta. La expresión tuvo sus días, ya no, como una moda abandonada ahora a la vorágine de otras noticias, de otros sucesos y fenómenos.Todo pasa rápido y, a veces, en lugares diferentes, realidad que no afecta al científico Adolfo Eraso (Estella, 1934), que ha convertido un enorme glaciar de Islandia en territorio de estudio, en su oficina, casi.

Eraso es de los poco...

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De tarde en tarde, algún informativo, alguna revista especializada regresa sobre el tema del "efecto invernadero" sólo para recordar al público la vigencia de uno de los problemas medioambientales más graves que conoce el planeta. La expresión tuvo sus días, ya no, como una moda abandonada ahora a la vorágine de otras noticias, de otros sucesos y fenómenos.Todo pasa rápido y, a veces, en lugares diferentes, realidad que no afecta al científico Adolfo Eraso (Estella, 1934), que ha convertido un enorme glaciar de Islandia en territorio de estudio, en su oficina, casi.

Eraso es de los pocos que no olvida que el calentamiento global de la Tierra es algo más que una noticia a pie de página. Islandia, aseguran los entendidos, es un oasis para la ciencia interesada en desentrañar misterios geológicos y glaciológicos dado su carácter volcánico activo y la preocupante recesión de sus glaciares. Igual que en 1996, 1997 o 1999, el científico navarro regresa en agosto a la isla nórdica (103.000 kilómetros cuadrados de extensión ubicados en el rift de las placas Americana y Europea, lo que explica su actividad volcánica) para profundizar en los estudios realizados a finales de la los noventa.

Islandia, tierra de glaciares debido a su proximidad con el Círculo Polar Ártico, encierra la extensión helada más grande de Europa, el glaciar Vatnajökull, de dimensiones similares a las de Navarra. Entre las numerosas lenguas que drenan directamente el Océano Atlántico se encuentra el glaciar Kviarjokull, escogido por la expedición navarra para realizar sus varios estudios a pie de campo.

Adolfo Eraso considera que el hielo glaciar contiene en sus entrañas algo parecido a "una caja negra de la historia de la humanidad", información precisa sobre el pasado de la humanidad, un campo importantísimo de estudio que le hace regresar una y otra vez al territorio helado. Un equipo de cinco espeleólogos del Grupo de Espeleología de Estella acompañará a Eraso y a Mari Carmen Domínguez, profesora de matemáticas de la Universidad de Navarra, que completa el dúo científico. Entre los diversos objetivos científicos perseguidos por la expedición figura la reexploración de las 21 cavidades visitadas en 1999 para la elaboración de una nueva topografía que, por comparación con las anteriores, permitirá comprobar los deshielos del glaciar en el último año. Asímismo, la expedición pretende abrir un nuevo frente de estudio en nuevas cavidades y especialmente en el glaciar Drangajokull, donde los fenómenos meteorológicos resultan extremos debido a los fortísimos y gélidos vientos de oeste, influenciados por la proximidad de Groenlandia.

Los especialistas aseguran que el "efecto invernadero" sigue desarrollándose a espaldas de la opinión pública, más versada en problemas domésticas que en luchas medioambientales. Los casquetes polares y los glaciares pierden volumen, se derriten, alimentan el fenómeno del "Cambio Global", lo que no es otra cosa que una preocupante involución: el mar gana metros a la tierra, problema general que ahora mismo sólo afecta a la comunidad científica.

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