Las multas por abandono de animales van de 50.000 pesetas a tres millones

Castilla-La Mancha tiene la sanción más baja

Abandonar un animal en España comporta una sanción media de entre 250.000 y 2,5 millones de pesetas, aunque en la Comunidad Valenciana esta multa asciende hasta los tres millones de pesetas y en Castilla-La Mancha baja a las 50.000 pesetas, según un informe sobre 14 leyes autonómicas de protección de mascotas domésticas.El estudio, realizado por Ecologistas en Acción y la Asociación para la Defensa de los Derechos de los Animales (ADDA), refleja que esta práctica se tipifica como "falta muy grave" en Madrid, Murcia, Cataluña, Canarias, Baleares, País Vasco, Navarra, Valencia, La Rioja y Castil...

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Abandonar un animal en España comporta una sanción media de entre 250.000 y 2,5 millones de pesetas, aunque en la Comunidad Valenciana esta multa asciende hasta los tres millones de pesetas y en Castilla-La Mancha baja a las 50.000 pesetas, según un informe sobre 14 leyes autonómicas de protección de mascotas domésticas.El estudio, realizado por Ecologistas en Acción y la Asociación para la Defensa de los Derechos de los Animales (ADDA), refleja que esta práctica se tipifica como "falta muy grave" en Madrid, Murcia, Cataluña, Canarias, Baleares, País Vasco, Navarra, Valencia, La Rioja y Castilla y León, y sólo se considera "grave" en Castilla-La Mancha y Cantabria.

La sanción media de las infracciones muy graves oscila entre las 250.000 pesetas y los 2,5 millones, excepto en Valencia (donde van desde uno a tres millones) y en Navarra, con cuantías de 100.000 a medio millón. En Cantabria y Castilla-La Mancha, el abandono es falta grave. En la primera autonomía la multa se sitúa entre las 250.000 y el millón de pesetas, mientras que en Castilla-La Mancha "se dan las sanciones más bajas, de 25.000 a 50.000 pesetas".

En España, una mascota abandonada es aquella que carece de identificación de su origen o dueño y no está acompañada de persona alguna, una definición legal que excluye los casos en que el animal "se deja en una perrera o centro de recogida", critican los autores del trabajo. En este último supuesto, al dueño no se le impone sanción, pero "sí al animal: si en diez días nadie le reclama -el plazo varía en cada autonomía-, se procede al sacrificio, mediante la inyección de barbitúricos solubles o la inhalación de monóxido de carbono.

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