Más de 150.000 radicales protestan en Tel Aviv contra las negociaciones

Más de 150.000 nacionalistas y religiosos radicales se concentraron ayer en la plaza Rabin de Tel Aviv para protestar contra Ehud Barak y contra la cumbre que desde hace una semana israelíes y palestinos celebran en Camp David. La concentración, organizada básicamente por el movimiento colono y el partido Likud, supone una advertencia dirigida a los principales protagonistas del proceso de paz, a los que se les intenta demostrar que una parte importante del pueblo hebreo está en contra de la negociación con los palestinos. Al mismo tiempo es un mensaje a la población indecisa, a la que se trat...

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Más de 150.000 nacionalistas y religiosos radicales se concentraron ayer en la plaza Rabin de Tel Aviv para protestar contra Ehud Barak y contra la cumbre que desde hace una semana israelíes y palestinos celebran en Camp David. La concentración, organizada básicamente por el movimiento colono y el partido Likud, supone una advertencia dirigida a los principales protagonistas del proceso de paz, a los que se les intenta demostrar que una parte importante del pueblo hebreo está en contra de la negociación con los palestinos. Al mismo tiempo es un mensaje a la población indecisa, a la que se trata de convencer de que vote en contra de los posibles acuerdos cuando se celebre el referéndum prometido por el primer ministro."Ésta no es la paz que nos interesa, queremos la paz que traiga la seguridad a Israel, queremos otra paz", afirmó ayer desde la tribuna de los oradores el máximo responsable del Likud, el general Ariel Sharon, entre los gritos ensordecedores de millares de manifestantes, que ondeaban en el aire pancartas contra Barak (Barak a los hermanos no se les abandona), contra las negociaciones (Prohibido vender el Estado) o en favor de los asentamientos de Cisjordania, Gaza y el Golán (Desamntelar los asentamiento es desmembrar al pueblo).

Las palabras de Sharon, pidiendo la unión de toda la derecha ("para ir a luchar juntos y de manera legítima hacia nuestro futuro") fueron respaldadas por el mensaje del alcalde de Jerusalén, Edhud Olmert, otro de los barones del Likud, quien defendió la unidad de la Ciudad Santa, bajo bandera israelí, el principal punto de controversia en Camp David.

"Durante 35 años Israel ha dicho que jamás habrá un compromiso sobre Jerusalén y no estábamos bromeando. De ninguna manera habrá compromiso, ni concesiones, nada para los palestinos de Jerusalén", recalcó Olmert, rechazando de esta manera la vía posibilista de Barak, quien al parecer habría planteado en EE UU la posibilidad de conceder una determinada autonomía municipal a los barrios árabes de Jerusalén, especialmente para el este de la ciudad, bajo administración de Arafat.

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