LA OFENSIVA DE ETA

El coche bomba que ETA activó en Ágreda estalló poco después de la ronda de los agentes

La casa cuartel de la Guardia Civil de Ágreda se convirtió ayer en el primer objetivo de un ataque terrorista en la provincia de Soria. Un Peugeot Partner robado en Francia y con matrícula de Soria, con una carga de entre 25 y 30 kilos de material explosivo con la marca de ETA, estalló a las 14.40 provocando heridas de carácter leve en una pierna a Estrella Ruiz, de 31 años y esposa de un guardia civil. El vehículo quedó completamente destrozado. La detonación se pudo oír a más de 10 kilómetros del lugar, en las localidades de Ólvega y de Matalebreras.

El vehículo había sido abandonado ...

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La casa cuartel de la Guardia Civil de Ágreda se convirtió ayer en el primer objetivo de un ataque terrorista en la provincia de Soria. Un Peugeot Partner robado en Francia y con matrícula de Soria, con una carga de entre 25 y 30 kilos de material explosivo con la marca de ETA, estalló a las 14.40 provocando heridas de carácter leve en una pierna a Estrella Ruiz, de 31 años y esposa de un guardia civil. El vehículo quedó completamente destrozado. La detonación se pudo oír a más de 10 kilómetros del lugar, en las localidades de Ólvega y de Matalebreras.

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Sin vigilancia

El vehículo había sido abandonado por los terroristas en la parte trasera del cuartel, a unos cinco metros de la fachada, en la calle Estudios, unos minutos antes de que explotase la carga que guardaba en su interior, "en un intervalo máximo de media hora", según confirmó en el lugar de los hechos el subdelegado del Gobierno en Soria, Carlos de la Casa, ya que la zona acababa de ser peinada por una patrulla de la Guardia Civil.La casa cuartel se encuentra en plena travesía de Ágreda, al paso de la carretera nacional 122 (Zaragoza-Portugal), en el punto kilométrico 104. Aunque la explosión se produjo en la parte posterior de la casa, donde se encuentran las viviendas de los guardias civiles, ninguna de las 15 personas que se encontraban en su interior en el momento de la explosión resultó afectada. El cuartel consta de 15 viviendas, aunque en la actualidad sólo lo ocupan 11 familias, unas 35 personas en total, de las cuales 8 son niños.

Estrella Ruiz, natural de Ágreda y esposa de un guardia civil destinado en el pueblo, volvía a su vivienda desde el parque de La Dehesa, donde había comido con su familia, cuando estalló el coche bomba. Según las diferentes fuentes consultadas, la víctima fue trasladada inmediatamente al hospital general del Insalud de Soria, en el que se le atendió de pérdida de sustancia en la pierna derecha, una herida que no reviste gravedad y de la que fue atendida con anestesia local. La suerte quiso que no fuese acompañada de su hijo, de un año, que se había quedado en la dehesa. Estrella Ruiz vive desde hace seis años en uno de estos pisos junto a su familia.

La onda expansiva destrozó todas las ventanas de los pisos de la casa cuartel y las puertas y ventanas de numerosas casas particulares y afectó a la estructura del puesto de primeros auxilios de la Cruz Roja, colindante al cuartel.El delegado del Gobierno en Castilla y León, Isaías García Monge, destacó en el lugar del atentado que, de los 272 cuarteles repartidos por toda la comunidad, "nunca se había sospechado que ninguno fuera objeto de atentado", y reconoció que el puesto no disponía de ninguna cámara de vigilancia. Aunque se instalaron inmediatamente controles en las carreteras, la situación de Ágreda, a unos 50 kilómetros de Soria y lindando prácticamente con Navarra y Zaragoza, facilita una escapada fácil a los terroristas.

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Tras conocer el atentado, el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan José Lucas, del PP, quien pasaba el fin de semana en la también soriana localidad de El Burgo de Osma, mostró su "tristeza" ante lo que definió como "una locura que hace que llueva sobre mojado".

El portavoz del Partido Popular en las Cortes autonómicas, Juan Vicente Herrera, declaró que, con los atentados de Málaga y Ágreda, ETA "distribuye el terror para recordarnos que todos estamos amenazados" y reclamó a los nacionalistas vascos democráticos que "deben ponerse al lado de quienes apostamos por un sábado sin asesinatos y un domingo sin sobresaltos, pues ha llegado la hora de estar definitivamente del lado de la vida". El portavoz socialista, Jaime González, insistió en que "hay que parar a esta gente".

Pero las palabras más duras las expresó el diputado popular Gabriel Cisneros, quien pidió al PNV un cambio en sus actitudes, puesto que "al PP no le van a doblegar, y a golpe de sangre y de luto no van a separar a los populares de la política antiterrorista del presidente Aznar. Hablar de suerte en Soria cuando en Málaga está el cuerpo caliente de uno de nuestros concejales, resulta muy duro. Resulta muy duro reflexionar sobre la ruleta siniestra de fortunas o infortunios. El problema del País Vasco no es ahora un problema de paz, sino un problema de libertad".

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