Medio Ambiente contra Obras Públicas

La carretera de los pantanos, la M-501, se ha convertido en el símbolo de una contradicción insuperable. El Gobierno regional, que preside Alberto Ruiz-Gallardón, se ha ufanado de mantener firme la defensa del medio ambiente en la región y, a la vez, de impulsar obras de infraestructura que garantizasen la seguridad de las carreteras regionales. Pero en la carretera de los pantanos es imposible hacer compatibles ambas ideas. O se destroza parte del medio ambiente de la zona mediante la destrucción de un valioso bosque o se mantiene la peligrosidad y lentitud de una vía muy...

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La carretera de los pantanos, la M-501, se ha convertido en el símbolo de una contradicción insuperable. El Gobierno regional, que preside Alberto Ruiz-Gallardón, se ha ufanado de mantener firme la defensa del medio ambiente en la región y, a la vez, de impulsar obras de infraestructura que garantizasen la seguridad de las carreteras regionales. Pero en la carretera de los pantanos es imposible hacer compatibles ambas ideas. O se destroza parte del medio ambiente de la zona mediante la destrucción de un valioso bosque o se mantiene la peligrosidad y lentitud de una vía muy transitada.Los departamentos de Obras Públicas y Medio Ambiente abrieron su conflicto en el campo de batalla de la carretera de los pantanos hace más de dos años. El consejero de Medio Ambiente (hoy de Justicia), Carlos Mayor Oreja, proclamó el 13 de mayo de 1998: "El Gobierno ha decidido que no se desdoble la M-501 más allá de Brunete por razones estrictamente medioambientales". Luis Eduardo Cortés, consejero de Obras Públicas (hoy ascendido a vicepresidente regional), defendió la idea de duplicar la carretera más alla de Brunete con un argumento pintoresco: "El desdoblamiento no hará daño, pues la carretera ya está construida. Si en una habitación hay encendidas cien luces y se enciende otra, no se nota nada".

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