"No recordaba yo este calor en el XIV"

"Mucho calor. No recordaba yo un día así en el siglo XIV", con estas palabras respondía a las preguntas de una periodista don Diego López de Haro (Carlos Sobera) a su llegada al Ayuntamiento de Bilbao para ser recibido por las autoridades. El acto protocolario tenía lugar a las ocho de la tarde, con un poco de retraso sobre el horario previsto, cuando ya los peores rigores del día empezaban a declinar. Y es que el extremado calor, a pesar de lo vistoso de la celebración, fue el gran protagonista del 700º aniversario. Se había pensado que podía llover, lo que habría supuesto la suspensión de to...

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"Mucho calor. No recordaba yo un día así en el siglo XIV", con estas palabras respondía a las preguntas de una periodista don Diego López de Haro (Carlos Sobera) a su llegada al Ayuntamiento de Bilbao para ser recibido por las autoridades. El acto protocolario tenía lugar a las ocho de la tarde, con un poco de retraso sobre el horario previsto, cuando ya los peores rigores del día empezaban a declinar. Y es que el extremado calor, a pesar de lo vistoso de la celebración, fue el gran protagonista del 700º aniversario. Se había pensado que podía llover, lo que habría supuesto la suspensión de todos los actos al aire libre. Pero nadie había previsto las altas temperaturas que se experimentaron ayer en toda Euskadi. No hubo toldos para guarecerse, aunque alguna previsora sacó el abanico.

El público, que acudió masivamente a las playas a disfrutar de las temperaturas veraniegas, no abandonó la conmemoración. Niños y niñas, bebés, abuelos, gente joven y menos joven, todos coparon ambos márgenes de la Ría para aplaudir el paso de don Diego. Sobre todo las zonas de sombra, donde se agolpaba la multitud que no hablaba de otra cosa que del sofocante calor. El comentario que más se oía era: "Teníamos que habernos puesto en la otra orilla, que hay sombra".

El calor afectó también a los instrumentos con los que la Orquesta Sinfónica de Bilbao iba a interpretar el concierto de bienvenida. Por este motivo, la duración del acto se acortó. De los 45 minutos inicialmente previsto, se tocaron 20.

Los profesionales de la información que cubrieron el recorrido de don Diego por la Ría tuvieron que hacer frente a los terribles rayos solares con un redoble de ingenio. Las distintas televisiones, apostadas desde bastante tiempo antes de cada acto en lugares donde tuvieran buena visibilidad, colocaron improvisadas sombrillas de cartón a sus cámaras.

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