Titanio y acero entre los viñedos

Fue más un acto social que la presentación de un proyecto arquitectónico. Herederos del Marqués de Riscal, una de las bodegas imprescindibles en la élite del vino, convocaron ayer por la tarde a medios de comunicación, políticos y distintas gentes vinculadas con el mundo vitivinícola y la centenaria firma de Elciego, en la Rioja Alavesa. El asunto: dar a conocer el proyecto que el arquitecto canadiense Frank Gehry, el premiado creador del Guggenheim de Bilbao, ha preparado para albergar la nueva sede social de la bodega riojana.Por fin se satisfacía la expectación creada en las últimas fechas....

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Fue más un acto social que la presentación de un proyecto arquitectónico. Herederos del Marqués de Riscal, una de las bodegas imprescindibles en la élite del vino, convocaron ayer por la tarde a medios de comunicación, políticos y distintas gentes vinculadas con el mundo vitivinícola y la centenaria firma de Elciego, en la Rioja Alavesa. El asunto: dar a conocer el proyecto que el arquitecto canadiense Frank Gehry, el premiado creador del Guggenheim de Bilbao, ha preparado para albergar la nueva sede social de la bodega riojana.Por fin se satisfacía la expectación creada en las últimas fechas. Y la propuesta no dejó fríos a los presentes. El conjunto de cinco maquetas con las que acudió el arquitecto presentan un edificio que combina la piedra arenisca típica de las construcciones centenarias de la Rioja alavesa con el acero inoxidable y el inevitable titanio, marca de la casa Gehry.

Esta imagen repetida de las ondas de titanio como cubierta fue la que provocó cierto revuelo entre los asistentes. Aunque sustancialmente diferente del museo bilbaíno y de la maqueta conocida para el nuevo centro de la Fundación Guggenheim que Gehry prepara para Nueva York, la solución metálica ondulada condiciona sin duda, por el recuerdo de la pinacoteca bilbaína que provoca, la mirada a la bodega.

El nuevo edificio estará ubicado sobre la colina que domina la casa solar de la bodega, rodeado por un jardín de vides. Conformada como el principal aporte a la nueva imagen de la marca, la construcción domina la entrada a Elciego desde la localidad rival de Cenicero, ya en la comunidad autónoma de La Rioja.

Algo de ello sabía Gehry cuando sacó a relucir su vena vasca antes de correr las cortinas que escondían las maquetas. Recién llegado de Nueva York, con semblante sereno -aunque bajo los efectos del jet lag que hizo que se retrasara la presentación media hora- el arquitecto reconoció su simpatía por Euskadi y su gusto por el vino, razones que influyeron para que aceptara el encargo. Aunque hubo que insistir un poco, tal y como confirmó el representante de la firma vinícola. Recordó cómo, en la primera reunión, hubo que llegar a la cosecha de 1929 (el año en que nació el arquitecto) para que este diera el sí a la propuesta.

Así que entre la calidad de los caldos de la bodega riojana y la querencia de Gehry por el País Vasco, donde acude cada vez con mayor frecuencia, este entorno dominado por los viñedos tendrá una competencia futurista.

Será un proyecto pequeño, dentro de la magnitud en la que se mueve Gehry, que en la actualidad está diseñando, entre otros edificios, el Concert Hall de Los Ángeles, desde su cercano estudio de Santa Mónica (California), donde trabajan más de 140 empleados.

Así lo reconoció ayer el propio autor, quien destacó frente a este tamaño menor el reto que le ha supuesto el insertar una obra suya en un ambiente como el de los viñedos. "He intentado conocer la cultura del vino y he querido realizar un edificio que represente los siglos de dedicación a esta labor", dijo Gehry, quien añadió como colofón: " Y, por supuesto, me he planteado hacer algo mejor que el Guggenheim".

En este tono desenfadado, fue describiendo a grandes rasgos su propuesta: el visitante accede a la colina y entra bajo unas faldas metálicas. "A mí me gusta pasar por debajo de las faldas", dijo. El edificio tendrá habitaciones para invitados, restaurante y hasta piscina para los empleados.

La nueva sede social se enmarca en las intenciones de los herederos del Marqués de Riscal de ofrecer un contraste entre la tradición secular de su bodega y los nuevos planes para el futuro, que pasan por el impulso a los llamados vinos de creación, fuera de la denominación de origen. Esta iniciativa está más consolidada que el proyecto de Gehry, como ayer dijo él mismo cuando recordó su afición por alterar sus planes continuamente. Eso sí, su presencia metálica tendrá que competir con otras iniciativas arquitectónicas de vanguardia emprendidas por bodegas de la competencia, como la de Philippe Mazieres para CVNE o Santiago Calatrava para Bodegas y Bebidas.

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