Las mujeres del Alarde replican al alcalde de Hondarribia que "los derechos fundamentales no se votan"

VIENE DE LA PÁGINA 1 La propuesta realizada por el primer edil de Hondarribia no sólo no se entendió, sino que sorprendió en las filas de Juana Mugarrietakoak. Su abogada, Maria Luisa Agirretxe, fue ayer clara y concisa: "Los derechos no se votan. El alcalde de Hondarribia desconoce los fundamentos democráticos. La democracia se preserva con derechos fundamentales que por lo tanto no pueden refrendarse", dijo.

Las conversaciones mantenidas entre las dos partes enfrentadas -los partidarios y detractores de que la mujer pueda desfilar como soldado- no han fructificado hasta la fecha y el...

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VIENE DE LA PÁGINA 1 La propuesta realizada por el primer edil de Hondarribia no sólo no se entendió, sino que sorprendió en las filas de Juana Mugarrietakoak. Su abogada, Maria Luisa Agirretxe, fue ayer clara y concisa: "Los derechos no se votan. El alcalde de Hondarribia desconoce los fundamentos democráticos. La democracia se preserva con derechos fundamentales que por lo tanto no pueden refrendarse", dijo.

Las conversaciones mantenidas entre las dos partes enfrentadas -los partidarios y detractores de que la mujer pueda desfilar como soldado- no han fructificado hasta la fecha y el conflicto, que se manifestó en 1997, va camino de perpetuarse. Jáuregui entiende, y así lo ha reiterado en innumerables ocasiones, que la salida sólo puede venir del reconocimiento de que "el pueblo es soberano para decidir sobre su conmemoración histórica", como dice la fórmula que plantea.

Los hondarribitarras rememoran cada 8 de septiembre la victoria que puso fin al sitio francés en 1638 y desde hace cuatro años escenifican su división. Ni la mediación de instituciones como el Parlamento vasco, el Ararteko o Emakunde, ni siquiera las sentencias judiciales -que avalan a las mujeres- han servido para dar un giro a la situación. Jáuregui pidió que "no se frivolice" con la polémica porque "la situación social es muy grave" y planteó que sean los vecinos quienes expongan mediante su voto secreto si quieren o no que el Alarde se celebre como se ha hecho hasta ahora: con una participación de mujeres muy limitada en número y sólo como cantineras.

El resultado de este referéndum tendría que ser aceptado por todas las partes implicadas, según el alcalde, aunque con una fecha de caducidad. Sabe que la mayoría del pueblo quiere seguir fiel a la tradición.

"Esto no es una cuestión de mayorías", replicó Agirretxe y lo ejemplificó en lo sucedido en Barakaldo con la escolarización de tres hermanos gitanos. "A nadie se le ocurre decir que hay que echar a los alumnos de Barakaldo porque la mayoría así lo quiere". En el mismo sentido se pronunció la directora de Emakunde, Txaro Arteaga. "Las mayorías y minorías", dijo, "son igual de legítimas", pero "democráticamente si una de las opciones no es legítima, no sirve".

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