Letras por la solidaridad

A los niños vizcaínos les tocaba formar la letra "m". Y así lo hicieron ayer. Fue una de sus contribuciones a la jornada de solidaridad infantil que se celebraba ayer en seis ciudades españolas, entre ellas Bilbao. Esa "m" forma parte de la palabra "Amigos", que completaban las letras realizadas en Barcelona, A Coruña, Valencia, Sevilla y Madrid. Los niños por los niños. Se trataba de mostrar el apoyo a la propuesta de la Fundación Intervida que pretende llevar al Congreso una proposición de ley para exigir a las empresas que importan productos a España la firma previa de un certificado que ga...

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A los niños vizcaínos les tocaba formar la letra "m". Y así lo hicieron ayer. Fue una de sus contribuciones a la jornada de solidaridad infantil que se celebraba ayer en seis ciudades españolas, entre ellas Bilbao. Esa "m" forma parte de la palabra "Amigos", que completaban las letras realizadas en Barcelona, A Coruña, Valencia, Sevilla y Madrid. Los niños por los niños. Se trataba de mostrar el apoyo a la propuesta de la Fundación Intervida que pretende llevar al Congreso una proposición de ley para exigir a las empresas que importan productos a España la firma previa de un certificado que garantice que no han participado niños en su elaboración. El acto de Bilbao contó con la participación de dos niños vizcaínos, Jon Martín e Itziar Iturbe, que leyeron un comunicado en el que mostraron su apoyo a los menores que son víctimas de la explotación laboral. Jon e Itziar declararon: "Aunque quizá nunca podáis escuchar este mensaje, queremos que sepáis que estamos a vuestro lado". "Por eso hoy hemos venido a este parque con nuestros padres, para pedirle a los mayores que mandan que os ayuden" porque, según afirmaron, "no es justo que os pongáis enfermos trabajando en fábricas". Los niños reclamaron el "derecho a crecer dignamente para hacer entre todos un mundo mejor" y recalcaron: "Algún día lo conseguiremos".

Los niños vascos mostraron su determinación de la manera que mejor saben los pequeños: jugando. En el Arenal bilbaíno había globos, música y numerosos talleres de dibujo donde los niños plasmaron su postura hacia la explotación infantil de la que son objeto más de 250 millones de menores en el mundo.

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