Gordo y Valluerca han pagado ahora 800 millones a la EPSV de Iberdrola por el 60% del edificio

El empresario admite haber hecho "un buen negocio", pero niega irregularidades

VIENE DE LA PÁGINA 1 Pese a contar en su poder con la valoración de su sede en 1.394 millones, en febrero de 1996 la caja de ahorros cerró la venta a la caja de pensiones Juan Urrutia en 800 millones. Sin embargo, le concedió un aplazamiento de pago de 18 meses, por lo que, teniendo en cuenta los tipos de interés vigentes entonces (rondando el 10%), la cantidad real pagada por la EPSV de Iberdrola e ingresada por la Vital en diciembre de 1998 no llegó a los 650 millones, es decir menos de la mitad de lo tasado. Así lo demuestra el desembarco inmediato de Gordo y Valluerca en el mismo momento d...

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VIENE DE LA PÁGINA 1 Pese a contar en su poder con la valoración de su sede en 1.394 millones, en febrero de 1996 la caja de ahorros cerró la venta a la caja de pensiones Juan Urrutia en 800 millones. Sin embargo, le concedió un aplazamiento de pago de 18 meses, por lo que, teniendo en cuenta los tipos de interés vigentes entonces (rondando el 10%), la cantidad real pagada por la EPSV de Iberdrola e ingresada por la Vital en diciembre de 1998 no llegó a los 650 millones, es decir menos de la mitad de lo tasado. Así lo demuestra el desembarco inmediato de Gordo y Valluerca en el mismo momento de ejecutarse la venta. A través, fundamentalmente, de la empresa Alquileres Vitoria, que comparten a partes iguales, adquirieron a la Juan de Urrutia el 40% de la propiedad de San Prudencio 30 por 245 millones de pesetas.

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Rentabilidad inmediata

Pero si el pago efectivo del edificio se hizo a finales de 1998, el negocio empezó a rentabilizarse de forma inmediata. El 1 de marzo de 1997 el Ayuntamiento de Vitoria pasó ocuparlo en régimen de alquiler para ubicar en él sus departamentos de Urbanismo e Intervención Social.

La fórmula de arrendamiento no puede ser más beneficiosa para los propietarios. Según ha confirmado el propio José Antonio Gordo, se pactó un alquiler cerrado por 20 años: 56 millones anuales los tres primeros y 10 millones adicional más el IPC a partir del 2000 (75,7 millones este año, según información facilitada por el Ayuntamiento). Esto supone sacar al edificio una rentabilidad del 8-9% anual (la media de los alquileres de oficinas no llegan en Vitoria al 5% del valor del local, según profesionales del sector) y amortizar su coste en apenas una década. Se da la circunstancia de que Gordo y Valluerca pagaron en 1998 a la Juan de Urrutia los 245 millones de su 40% del edificio con un crédito de Caja Vital al que aportaron como garantía la cesión del alquiler del Ayuntamiento.

En contra de lo que opinan algunos directivos de la Vital, José Antonio Gordo, presidente de Cooperativa Vitoriana de la Vivienda -una gestora que ha promovido casi 4.000 pisos desde 1966 en la capital alaves- y socio de Sáenz de Valluerca en múltiples negocios, aseguró que no ha habido "nada irregular" en esta operación tan poco rentable para la entidad de ahorros. Al preguntarle la razón de que la caja de pensiones de Iberdrola le vendiera a él y a Valluerca el 40% de San Prudencio 30, responde que se debió al hecho de que ambos son socios desde tiempo atrás de Juan de Urrutia en otras sociedades, como Grupo Urbano Genérico S.A., donde también participa Elkarkidetza, el fondo de pensiones de los funcionarios vascos. Los reiterados intentos de este diario por obtener de los responsables de Juan de Urrutia precisiones sobre qué persona les informó de la oportunidad de adquirir la sede de Caja Vital, les asesoró sobre su valor y luego lo ofreció en alquiler al Ayuntamiento, no han tenido resultados.

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Un miembro del consejo de administración de la caja que aprobó la venta en 1995 ha asegurado que en el expediente que se les facilitó no figuraba el acta de tasación realizada por Javier Sáenz de Valluerca. Sólo recuerda que se explicó a los consejeros que no habían tenido éxito las gestiones realizadas directamente por la Vital para vender el edificio al Ayuntamiento de Vitoria por 900 millones de pesetas. Menos de dos años después, la corporación, dirigida entonces por el PNV, el PSE y UA, firmaba el contrato de arrendamiento a 20 años del edificio, por el que pagará en concepto de alquiler al menos 500 millones más de lo que le hubiera costado adquirirlo. No obstante, un ex concejal explica que se rechazó la oferta porque en aquel momento se debatía la eterna idea de concentrar todos los servicios municipales en una única sede administrativa, y la capacidad de San Prudencio 30 es muy limitada.

"Un buen negocio"

José Antonio Gordo admite sin ambages que tanto él como su socio han hecho un "buen negocio" con el edificio, aunque matiza que es su alquiler a largo plazo al Ayuntamiento lo que justifica la tasación de 1.200 millones que se ha utilizado para calcular el valor del 60% del inmueble adquirido ahora a la caja de pensiones Juan de Urrutia. Por esta parte han pagado, según confiesa, 800 millones de pesetas. Gordo se jacta de llevar más de treinta años operando en exclusiva con la Vital (hasta 1990, con la Caja de Ahorros Provincial de Álava), pero en esta ocasión el crédito para financiar la totalidad de los 800 millones lo ha obtenido del Banco de Vitoria.

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