EL LARGO CAMINO HACIA LA ARMONIZACIÓN FISCAL EN LA UE

Londres abandona la idea del 'secreto bancario' y deja solo a Luxemburgo

Los Quince se inclinan a renunciar a la retención en la fuente de las rentas

El Reino Unido ha dado la vuelta a la tortilla en las negociaciones sobre la armonización de la fiscalidad que grava las rentas del capital. Ayer, en la reunión informal de los ministros de Economía y Finanzas (Ecofin) en Lisboa, defendió eliminar el secreto bancario en la UE y que los fiscos de los Estados miembros intercambien información para comunicar los rendimientos del ahorro que obtienen los ciudadanos extranjeros en cada país.

"Vamos hacia un sistema basado en la información", declaró el ministro británico Gordon Brown, sonriente. En apenas cuatro meses, Londres ha logrado deja...

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El Reino Unido ha dado la vuelta a la tortilla en las negociaciones sobre la armonización de la fiscalidad que grava las rentas del capital. Ayer, en la reunión informal de los ministros de Economía y Finanzas (Ecofin) en Lisboa, defendió eliminar el secreto bancario en la UE y que los fiscos de los Estados miembros intercambien información para comunicar los rendimientos del ahorro que obtienen los ciudadanos extranjeros en cada país.

"Vamos hacia un sistema basado en la información", declaró el ministro británico Gordon Brown, sonriente. En apenas cuatro meses, Londres ha logrado dejar de ser el país que en teoría bloquea el acuerdo sobre fiscalidad del ahorro. Y lo ha hecho aparentando que cedía, cuando en realidad lo que ha hecho es romper el acuerdo de diciembre de 1997 que permitió abrir las negociaciones sobre la base de la coexistencia de dos opciones: retener en la fuente de las inversiones o informar a los demás Estados miembros de los rendimientos obtenidos por los ciudadanos extranjeros.Brown confirmó ayer a sus colegas que el Reino Unido acepta "informar de modo suficiente" sobre las inversiones de capital, incluyendo los eurobonos, aunque advirtió de que no aceptará ningún acuerdo que perjudique a la City. También se ha comprometido a entablar negociaciones con los paraísos fiscales que dependen de la corona (como las islas del Canal, isla de Man y varias islas del Caribe).

Otro factor positivo de la reunión de Lisboa es el aparente cambio de posición de Alemania, que hasta ahora ha sido el más firme aliado de Luxemburgo en este tema. "El secreto bancario es un derecho para los alemanes", dijo el ministro alemán Hans Eichel, insinuando que ese derecho no tiene por qué prolongarse eternamente hasta los no residentes. "El secreto bancario es sagrado para los austriacos, pero para los no austriacos vamos a estudiar si es técnicamente posible cambiarlo", declaró su colega Karl-Heinz Grasser, más explícito.

Esas declaraciones parecen un primer paso para que los Quince apadrinen la propuesta británica y renuncien al compromiso de diciembre de 1997 que permite a cada país elegir entre la opción de informar y la de imponer una retención en la fuente. Un compromiso que no permitió alcanzar un acuerdo definitivo en la cumbre de Helsinki, en diciembre pasado, porque el Reino Unido se negó entonces a incluir las emisiones de eurobonos de la City londinense en la lista de productos fiscalmente transparentes.

Quizá porque está calando la sensación de que Alemania cambia de posición, el primer ministro luxemburgués se dirigió a la prensa en alemán, en lugar de hacerlo en francés como es habitual en los políticos del Gran Ducado. Juncker quiso que su mensaje fuera bien entendido en Alemania. "Luxemburgo, como otros, no está preparado para abolir el secreto bancario", dijo.

El comisario europeo responsable de fiscalidad, Frits Bolkestein, elogió los esfuerzos del Reino Unido y coincidió con Brown en que el acuerdo parece orientarse hacia la solución de que a largo plazo el intercambio de información sea el único sistema de obligado cumplimiento para todos los socios.

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