La Ertzaintza decomisa 150 bombas y cohetes tras una noche de violencia radical en Vitoria

Vitoria se recuperaba ayer de una de las noches más violentas que ha vivido en los últimos meses. En menos de dos horas de la madrugada del domingo, un grupo de unos 40 radicales encapuchados atacaron con bombas caseras, cohetes y petardos potentes una oficina de seguros y la Subdelegación del Gobierno, sembraron una céntrica calle de barricadas y se enfrentaron a las patrullas de la Ertzaintza, que les dispersaron con material antidisturbios. La policía vasca se incautó de casi 150 artefactos explosivos en varias calles del casco viejo tras la refriega con los simpatizantes de ETA.

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Vitoria se recuperaba ayer de una de las noches más violentas que ha vivido en los últimos meses. En menos de dos horas de la madrugada del domingo, un grupo de unos 40 radicales encapuchados atacaron con bombas caseras, cohetes y petardos potentes una oficina de seguros y la Subdelegación del Gobierno, sembraron una céntrica calle de barricadas y se enfrentaron a las patrullas de la Ertzaintza, que les dispersaron con material antidisturbios. La policía vasca se incautó de casi 150 artefactos explosivos en varias calles del casco viejo tras la refriega con los simpatizantes de ETA.

Entre el material requisado figuran un total de 91 cohetes, 35 cócteles mólotov, 15 bombas japonesas (petardos potentes), así como guantes de látex, capuchas y sudaderas, según detalló la Ertzaintza. Los ataques comenzaron alrededor de las 00.25 de ayer, cuando las calles del casco viejo de la capital alavesa se encontraban más concurridas. Un grupo de unos 40 encapuchados atacó primero una oficina de seguros en la calle Francia. Acto seguido, los proetarras se dirigieron hasta la Subdelegación del Gobierno, también cercana al casco viejo, y lanzaron varios cócteles y cohetes pirotécnicos contra una garita de la Guardia Civil, que resultó dañada.Varias patrullas de la Ertzaintza se dirigieron al lugar, pero al llegar se encontraron con que los encapuchados habían sembrado la calle de barricadas. Los radicales comenzaron entonces a lanzar petardos y bombas contra las dotaciones policiales aprovechando que estaban bloqueadas.

Herido en una mano

Cuando las patrullas consiguieron reponerse de la sorpresa inicial, utilizaron el material antidisturbios para dipersar a los atacantes, que aprovecharon para mezclarse entre los jóvenes que alternaban en los bares del casco viejo.

Uno de los encapuchados sufrió heridas de gravedad, al parecer mientras manipulaba uno de los artefactos y acudió al Hospital de Santiago Apóstol, situado a apenas cinco minutos del lugar de los incidentes. Los médicos registraron su ingreso a la 01.22. Los especialistas apreciaron diversas fracturas en su mano izquierda y la pérdida de un dedo por "la explosión de un objeto". El parte facultativo señala que su pronóstico es "grave" dentro de una situación estable. La Ertzaintza, que le detuvo ayer mismo, señaló que este joven A.G.B., de 19 años y vecino de Getxo (Vizcaya), está acusado de participar en los altercados. Según la policía vasca, todos los alborotadores procedían de esa localidad, donde este año se ha registrado ya una quincena de actos de violencia callejera.

La Ertzaintza apuntó que los sucesos podrían haber tenido su detonante en unos incidentes registrados en la tarde del sábado, cuando una veintena de jóvenes ocuparon un colegio en protesta por "la escasez y carestía de las viviendas" en Vitoria. Por la noche, los agentes desalojaron a estas personas sin violencia. Horas después comenzaban los ataques.

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Mientras, las movilizaciones convocadas ayer en Getxo y Santurtzi (Vizcaya) en repulsa por los últimos ataques contra concejales de partidos no nacionalistas sufrieron la presencia de contramanifestantes. La protesta silenciosa convocada por Gesto por la Paz en Getxo reunió a unas 500 personas tras una pancarta con el lema Aquí no sobra nadie. Sabotajearik ez (Sabotajes no). Junto a representantes del PP, PSE e IU, marcharon el alcalde la localidad, Iñaki Zarraoa, y el presidente del PNV de Vizcaya, Javier Atutxa.

Durante todo el recorrido por el centro de la localidad, a sólo unos metros del fin de la manifestación, se situó un grupo de jóvenes que no dejaron de proferir gritos de apoyo a la kale borroka y a favor de los presos.

En Santurtzi, la junta de portavoces del Ayuntamiento, sin la presencia del representante de EH, condenó "sin paliativos" el ataque con artefactos incendiarios cometido en la madrugada del sábado contra la vivienda del concejal Celestino Urdiales (PP). "Ninguno seremos libres mientras exista la violencia que coarte su propia visa social o sus planteamientos éticos", indica el comunicado. A las siete de la tarde de ayer, unas 300 personas secundaron una concentración a las puertas del consistorio en solidaridad con el edil. El silencio fue roto a los pocos minutos por 20 jóvenes que portaban carteles a favor del acercamiento a Euskadi de los presos de ETA y que insultaban a Urdiales y al PP.

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