VIAJE A TIERRA SANTA

La llegada del Papa reaviva la tensión por el control de Jerusalén

La llegada del Papa a Jerusalén ha hecho estallar con toda virulencia las tensiones políticas entre israelíes y palestinos por el control de la Ciudad Santa. La policía israelí detuvo ayer a varias decenas de jóvenes palestinos cuando festejaban la visita del Pontífice, lo que ha provocado la enérgica protesta de dirigentes de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que han manifestado la firme determinación de hacer ondear su bandera en lo alto de los mástiles en el sector este de la ciudad.

"No toleraremos infantilismos por parte de los palestinos", ha afirmado en tono ...

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La llegada del Papa a Jerusalén ha hecho estallar con toda virulencia las tensiones políticas entre israelíes y palestinos por el control de la Ciudad Santa. La policía israelí detuvo ayer a varias decenas de jóvenes palestinos cuando festejaban la visita del Pontífice, lo que ha provocado la enérgica protesta de dirigentes de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que han manifestado la firme determinación de hacer ondear su bandera en lo alto de los mástiles en el sector este de la ciudad.

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"No toleraremos infantilismos por parte de los palestinos", ha afirmado en tono amenazador el ministro israelí Haim Ramón, encargado de las relaciones con el Parlamento y responsable de la organización de la visita del Papa. Ramón se refería a la explosión de alegría popular de centenares de jóvenes palestinos, que celebraron la llegada del pontífice, agitando al mismo tiempo sus banderas nacionales y carteles con la fotografía del presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat, en el sector este de la ciudad.La policía israelí actuó con determinación y detuvo a varias decenas de estos jóvenes manifestantes, acusándoles de haber instigado las algaradas y de haber arrancado banderas israelíes de sus mástiles, reemplazándolas por enseñas de Palestina. Ocho de los arrestados fueron puestos en libertad inmediatamente después de que firmaran un documento en el que se comprometían a abandonar Jerusalén mientras dure la visita papal, pero otros tres pasaron a disposición judicial, al requisárseles una pistola y balas con las que, según ellos, pretendían "matar a judíos".

La represión policial sobre los palestinos en Jerusalén ha provocado la reacción airada de los dirigentes de la OLP, que han reclamado el derecho a "celebrar la visita del Papa en nuestra ciudad, en nuestra capital", refiriéndose a Jerusalén este e incluso a politizar la estancia del pontífice, ya que, como explicaba la diputada y ex ministra cristiana Hanan Ashrawi, "Juan PabloII no viene sólo para ver las piedras, sino para ver también las realidades humanas en Palestina, y en Jerusalén en particular".

Los seguidores de Arafat confiesan estar preparando en Jerusalén una verdadera "revuelta de banderas", mientras desde la Casa de Oriente, sede oficiosa del Gobierno palestino, se repartían ayer enseñas nacionales con una orden clara: "Esconderlas en casa hasta que llegue el momento adecuado". Se entregaban también gratuitamente camisetas en las que se podía leer: "Jerusalén, la eterna capital de Palestina, da la bienvenida a su santidad el Papa".

Por su parte, un grupo de medio centenar de imames y sacerdotes árabes ultimaban ayer al mediodía los detalles de un documento en el que se reivindica la intervención del pontífice para "defender el derecho del pueblo palestino sobre la ciudad de Jerusalén". El texto, escrito en árabe, inglés e italiano, que está siendo firmado por centenares de ciudadanos, será entregado a Juan Pablo II el próximo domingo, el último día de su peregrinaje a Tierra Santa.

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La ofensiva palestina sobre Jerusalén ha hecho reflexionar a los dirigentes religiosos judíos, quienes ayer inesperadamente decidieron bajar la guardia y mitigar tensiones, divulgando un comunicado, firmado por el Gran Rabinato de la capital, en el que se aceptan las disculpas que el Papa había presentado al pueblo judío desde el Vaticano el pasado día 12 y que un amplio espectro de los rabinos había considerado "insuficientes" ya que no hacían referencia ni condenaban la actitud del papa Pío XII con respecto al Holocausto nazi.

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