El portaaviones 'JFK' deja Tarragona

El portaaviones estadounidense John Fitzgerald Kennedy (JFK), que embarca a 5.000 personas, ha abandonado hoy el puerto de Tarragona tras una estancia de tres días para dar descanso a su numerosa tripulación.La llegada del barco norteamericano, que ya atracó en Tarragona en octubre de 1997 durante siete días, ha sido controvertida. Mientras que el comercio y la hostelería han recibido a los soldados norteamericanos como agua de mayo -se calcula que en tres días habrán dejado una caja de 300 millones de pesetas- sectores de izquierda y libertarios han criticado con dureza la presencia en el pue...

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El portaaviones estadounidense John Fitzgerald Kennedy (JFK), que embarca a 5.000 personas, ha abandonado hoy el puerto de Tarragona tras una estancia de tres días para dar descanso a su numerosa tripulación.La llegada del barco norteamericano, que ya atracó en Tarragona en octubre de 1997 durante siete días, ha sido controvertida. Mientras que el comercio y la hostelería han recibido a los soldados norteamericanos como agua de mayo -se calcula que en tres días habrán dejado una caja de 300 millones de pesetas- sectores de izquierda y libertarios han criticado con dureza la presencia en el puerto de un barco con capacidad de transportar armas nucleares.

La llegada del portaaviones, en 1997 supuso la creación de la coordinadora Patrimonio de la Paz, que ha llevado a cabo actos de protesta por la presencia del buque en la ciudad y, como Iniciativa-Verds (IC-V), ha criticado a la Autoridad Portuaria. Tanto la coordinadora como IC-V afirman que el Puerto piensa sólo en términos economicistas y pretende convertir la ciudad en una base logística habitual para la VI Flota obviando el peligro que supone la presencia de armas y sistemas nucleares que hay en el interior de los barcos de guerra norteamericanos.

Pese a estas protestas, bares y comercios han aprovechado la llegada del buque JFK. Tanto es así que varios bares y pubs del puerto deportivo de Tarragona, una de las zonas de ocio de la ciudad, no han dudado en contratar a chicas que, ataviadas como muestra la fotografía, actuaban como reclamo para atraer a los marines.

Josep Lluis Sellart
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