Las peticiones para votar por correo suben un 45% en Euskadi

El recurso al voto por correo en el País Vasco se perfila como el refugio de un buen número de personas, temerosas de emitir el suyo en la correspondiente mesa electoral ante la llamada a la abstención efectuada por Herri Batasuna (HB). Los datos provisionales al cierre del plazo, a falta de contabilizar pequeñas localidades, indican que en las tres provincias vascas son 37.958 las personas que han solicitado la documentación, un 44,7% más de las 26.228 que hicieron lo propio en las generales de 1996. En el conjunto de España, por el contrario, ha bajado en un 22,3%.La subida es particularment...

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El recurso al voto por correo en el País Vasco se perfila como el refugio de un buen número de personas, temerosas de emitir el suyo en la correspondiente mesa electoral ante la llamada a la abstención efectuada por Herri Batasuna (HB). Los datos provisionales al cierre del plazo, a falta de contabilizar pequeñas localidades, indican que en las tres provincias vascas son 37.958 las personas que han solicitado la documentación, un 44,7% más de las 26.228 que hicieron lo propio en las generales de 1996. En el conjunto de España, por el contrario, ha bajado en un 22,3%.La subida es particularmente llamativa en Guipúzcoa, el territorio de más implantación de los radicales, donde se incrementan las peticiones en un 55,8%: 12.640 frente a 8.110 en 1996. Herri Batasuna tiene su mayor implantación en esta provincia y en las poblaciones menores de 10.000 habitantes, donde más fácil se hace el control. En Vizcaya y en Álava la subida está en torno al 40% y en Navarra baja, como el resto de España, aunque sólo un 2,2%.

Todos los partidos se han volcado en la promoción del voto por correo. En principio, la llamada abstencionista de los radicales causaría más daño a los partidos de ámbito nacional, pero el PNV y EA han constatado que también a ellos les afecta, en particular en esos núcleos menores de Guipuzcoa y en los feudos de HB, donde votantes nacionalistas moderados podían hasta ahora hacerse pasar por simpatizantes radicales.

El efecto coactivo de la apuesta por la abstención de HB, reforzado por la ruptura de la tregua de ETA y el recrudecimiento de la violencia callejera estaba garantizado. Para neutralizarlo, las campañas institucionales, otras veces más centradas en promocionar la participación, se han orientado esta vez, con especial profusión en el País Vasco, a señalar, con un lenguaje aséptico -"si no puedes ir a votar el día 12..."- el recurso al voto por correo.

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