ETA VUELVE A MATAR

Decenas de miles de personas se manifiestan en toda España para expresar su repulsa a ETA

"Aquí estamos, nosotros no matamos". Fue uno de los gritos que más se oyó ayer en toda España, a distintas horas, de las gargantas de decenas de miles de ciudadanos que se manifestaron para expresar su rabia y dolor por los crímenes de ETA. En Madrid, Barcelona, Sevilla e infinidad de ciudades y pueblos, la gente interrumpió su jornada y respondió a las convocatorias de instituciones públicas y organizaciones sociales. Las concentraciones, silenciosas al principio, se llenaron de voces tras la lectura de manifiestos que mostraban la solidaridad con los familiares de las dos víctimas y el repud...

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"Aquí estamos, nosotros no matamos". Fue uno de los gritos que más se oyó ayer en toda España, a distintas horas, de las gargantas de decenas de miles de ciudadanos que se manifestaron para expresar su rabia y dolor por los crímenes de ETA. En Madrid, Barcelona, Sevilla e infinidad de ciudades y pueblos, la gente interrumpió su jornada y respondió a las convocatorias de instituciones públicas y organizaciones sociales. Las concentraciones, silenciosas al principio, se llenaron de voces tras la lectura de manifiestos que mostraban la solidaridad con los familiares de las dos víctimas y el repudio para sus asesinos.

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En Madrid hubo ayer múltiples manifestaciones contra ETA: ante las sedes de la Comunidad, de la Asamblea regional, del Ayuntamiento, del Partido Popular, del PSOE, de los sindicatos, de la Universidad Carlos III...La más numerosa y la última, al caer la tarde, se celebró en la Puerta del Sol, ante la sede de la Presidencia del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Convocados por el Movimiento contra la Intolerancia, unos 5.000 madrileños de todas las edades, con pegatinas contra ETA en la solapa, guardaron cinco minutos de silencio absoluto antes de que Esteban Ibarra, en nombre de los convocantes, leyera un manifiesto titulado Por la paz: ¡Basta ya!, ETA no. El título arrancó aplausos unánimes de los asistentes. Varias mujeres vestidas de luto, viudas de hombres asesinados por ETA, acudieron con carteles con fotos de sus maridos.

Ibarra portaba una enorme pancarta -donde se leía Contra la violencia: No matarás- con el presidente de la Comunidad, Alberto Ruiz-Gallardón, el alcalde de la capital, José María Álvarez del Manzano, y dirigentes del PSOE e IU en Madrid. Junto a ellos, el vicepresidente segundo, Rodrigo Rato.

"No existe consideración ideológica o política alguna que legitime el asesinato", decía el manifiesto. Terminada la lectura, interrumpida por aplausos, la tarde se llenó de voces que llamaban "asesina" a ETA y afirmaban que "no tenemos miedo". Los últimos gritos fueron contra Euskal Herritarrok ("ETA dispara, HB apunta"). Poco después, la multitud se dispersó y las calles comerciales adyacentes a la plaza, hasta entonces vacías, recuperaron su habitual animación.

Entre los manifestantes podía verse a muchos jóvenes y adolescentes que se acercaron a la Puerta del Sol para mostrar su solidaridad con las últimas víctimas de ETA: el diputado socialista vasco Fernando Buesa y su escolta, el ertzaina Jorge Díez. Con ellas son tres las víctimas mortales desde que ETA rompiera su tregua el 3 de diciembre del año pasado.

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En Barcelona, el presidente de la Generalitat catalana, Jordi Pujol, y el alcalde socialista de la ciudad, Joan Clos, se concentraron en la plaza de Sant Jaume junto a centenares de ciudadanos, mientras de los balcones de sus respectivas sedes colgaban dos grandes lazos azules, símbolo de la resistencia pacífica al terrorismo de ETA.

Las manifestaciones, innumerables, se repitieron por todo el país: Valencia, Zaragoza, Las Palmas de Gran Canaria, Logroño, Murcia, Toledo, Oviedo, Santander, Santiago de Compostela, Valladolid, etc. Por citar sólo capitales de provincia.

En la ciudad de Sevilla, 10.000 personas, según estimaciones de la policía local, recorrieron a las siete y media de la tarde, en silencio, el trayecto que va desde la Puerta de Jerez hasta la Plaza Nueva, junto al Ayuntamiento. A la marcha, convocada por todos los partidos políticos y los sindicatos, se unieron alcaldes de pueblos cercanos a la capital andaluza. Fueron repartidas 10.000 pegatinas con una consigna ya tristemente famosa: ¡Basta ya! En toda España se oyeron consignas similares, fruto de la indignación y la rabia, que volvieron a aflorar como hace un mes, tras el asesinato del teniente coronel Pedro Antonio Blanco.

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