Inmigrantes del Campo de Cartagena denuncian a agricultores e intermediarios por presunta extorsión

Sindicatos y ONG confirman el pago de fuertes sumas para legalizar situaciones laborales

Cerca de un centenar de inmigrantes magrebíes que trabajan para las explotaciones agrícolas del Campo de Cartagena (Murcia) han denunciado ante la Consejería de Trabajo, la Delegación del Gobierno, los sindicatos UGT y CC OO y las ONG Murcia Acoge, ATIME y SOS Racismo haber sido víctimas de extorsiones que van desde el pago de 50.000 pesetas al medio millón por obtener precontratos de trabajo o permisos de residencia en España. Los marroquíes señalan como autores a agricultores, intermediarios y empresas de trabajo temporal de Torre Pacheco, la capital de la comarca. EL PAÍS ha sido testigo de...

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Cerca de un centenar de inmigrantes magrebíes que trabajan para las explotaciones agrícolas del Campo de Cartagena (Murcia) han denunciado ante la Consejería de Trabajo, la Delegación del Gobierno, los sindicatos UGT y CC OO y las ONG Murcia Acoge, ATIME y SOS Racismo haber sido víctimas de extorsiones que van desde el pago de 50.000 pesetas al medio millón por obtener precontratos de trabajo o permisos de residencia en España. Los marroquíes señalan como autores a agricultores, intermediarios y empresas de trabajo temporal de Torre Pacheco, la capital de la comarca. EL PAÍS ha sido testigo del forcejeo económico entre un inmigrante y su presunto intermediario en una de estas supuestas irregularidades.

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Aziz Bousnin comparte bocadillo con un gato frente a una nave habilitada como vivienda de inmigrantes en la pedanía de Los Vallejos, cerca de Torre Pachecho, en el Campo de Cartagena (Murcia). Unos 40 compañeros suyos, muchos sin papeles y todos sin contrato laboral, le señalan como víctima de un acceso de ira del dueño de la nave en la que viven, Jerónimo Cámara."Esta mañana le ha echado. No podrá volver a dormir aquí". Es jueves, 17 de febrero. Apenas ha comenzado la conversación con los periodistas cuando un coche frena bruscamente. Su conductor ha acudido a este paraje perdido avisado por la dueña de un almacén que cobija a inmigrantes un kilómetro más abajo. La mujer ha discutido acaloradamente con sus marroquíes por aceptar conversar con EL PAÍS.

Jerónimo Cámara desciende dando un portazo a su Hunday verde matriculado en Murcia. "Fuera de aquí", espeta a los periodistas y a Mohamed El Rohib, responsable en Cartagena de la ONG ATIME (Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes en España). "Esto es una propiedad privada y aquí no podéis estar", grita. A los pocos minutos, con el ánimo más calmado, explica: "Es que a estos subnormales -señala a los marroquíes- los periodistas les hacéis decir lo que sea".

-Sólo queremos saber cómo viven.

-Bien, porque yo he sido inmigrante toda mi vida y me compadezco. Les doy casa, comida, ropa y trabajo. Tengo caridad, pero no lo merecen. Son desagradecidos.

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La comida y la ropa, puede ser. La casa no responde exactamente a la idea común de caridad. Se trata de una nave con 10 cuartuchos sin ventanas, con puertas de chapa metalizada, en los que apenas caben cuatro literas. Disponen de una ducha y un cuarto de aseo para todos, una mesa larga en el centro y varios fogones que acumulan suciedad. De cada inquilino cobra 10.500 pesetas al mes (420.000 pesetas mensuales). Sólo por la vivienda.

Porque Jerónimo Cámara, además, les proporciona trabajo. Son casi todos clandestinos. Y muy pocos pueden probar que estaban en España antes del 1 de junio de 1999, el requisito que establece la Ley de Extranjería para la regularización. Pero Aziz Bousnin sí puede. Guarda la fotocopia de un precontrato de trabajo firmado antes con un agricultor de Albacete. A Aziz le han contado que con el original de este papel le basta. Así que ha llamado a su empleador manchego para ver si le puede facilitar el documento. Éste le ha respondido que sí, y la afirmación ha dado alas al magrebí.

"No me iré de aquí hasta que no me des el dinero que me debes", reta a Jerónimo. "Tú no te mereces ni que te mire a los ojos. Tú no eres persona. O te callas o te doy dos guantazos". Le zarandea. Los demás miran. El portavoz de ATIME pide calma. Tras una agria discusión, Jerónimo le da 25.000 pesetas.

¿Por qué ese dinero? "Encima de que le he ayudado con un asunto de papeles...". El español se calla. Añade que él les proporciona trabajo en las fincas elegidas por la ETT Forma Azul de Torre Pacheco. "Si no fuera por mí, no comerían".

-¿Por qué están hoy inactivos?

-Es que ayer se portaron muy mal con Carlos y ni hoy ni mañana trabajan. Luego, veremos.

-¿Qué han hecho?

-Alborotaron porque Carlos emplea unos días a unos y otros días a otros. Lo que no entienden estos desgraciados es que son ilegales y no tienen derecho ni a un día de trabajo. Es normal que Carlos reparta el empleo.Carlos es el encargado de Forma Azul en el campo. Jerónimo reta a los marroquíes a que denuncien a los periodistas alguna irregularidad. Niegan con la cabeza. El casero se da por satisfecho y se disculpa por los gritos. Al despedirse comenta: "Aziz miente. Está loco y no sabe lo que dice".

La cita es dos horas después en un bar de magrebíes en Los Alcázares. Acuden más de 40. Lucen gorras de la ETT Forma Azul. Lamentan que los agricultores les vendan precontratos por 50.000 pesetas. y que más de una ETT exija, a través de intermediarios, hasta 500.000 pesetas por arreglar sus papeles. Alí dice que debe un millón, por él y su primo. Se lo descuentan del jornal.

Aziz cuenta que pagó 355.000 pesetas y completó el medio millón con parte del salario de muchos meses. Ahora ha amenazado a Jerónimo con denunciarle y organizar una revuelta. "Vino a verme de madrugada, y me devolvió casi todo el dinero. Dijo que me lo daba si me largaba en silencio. El resto lo habéis visto".Tanto el portavoz de ATIME en Cartagena como el de Murcia, Mustafa Zine, dicen que "asumen y ratifican" que hay empresarios que venden precontratos, y que muchos inmigrantes son obligados a pagar entre 300.000 pesetas y medio millón para ser incluidos en el cupo legal o normalizarse con la nueva ley. Dicen también que no han podido denunciarlo por el temor de las víctimas a no poder quedarse en España. El mismo argumento dan los sindicatos, aunque el representante de CCOO José Cánovas asegura que han reunido testimonios de 80 magrebíes presuntamente estafados por el mismo empresario. Cánovas comenta también: "No es normal que una misma ETT acapare el 90% del cupo. No tiene explicación lógica y lo estamos investigando".

También una empleada de Murcia Acoge en Torre Pacheco lamenta las muchas denuncias a la Guardia Civil invalidadas porque los magrebíes no se presentan a testificar en el último momento. "Tienen miedo". Lo tienen. Más que quienes firmaron el año pasado un escrito ante Trabajo denunciando extorsiones millonarias a cambio de legalidad. En la delegación del Gobierno confirman que el escrito afectaba a una ETT de Torre Pacheco de la que no quieren revelar el nombre. "La Guardia Civil no ha encontrado pruebas".

En Forma Azul, la responsable de la oficina responde que Jerónimo Cámara acude por allí "porque busca trabajo a los inmigrantes", que Forma Azul no le paga y que Carlos es su "encargado en el campo". Añade que la denominación de la empresa es la traducción al español del nombre de uno de los dos dueños iraníes del negocio y que jamás han trabajado con inmigrantes que no tuvieran todos los papeles en regla. Las denuncias, por tanto, "son mentiras sin ningún fundamento".

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