Diez investigaciones abiertas en Italia sobre corrupción en ayudas a Kosovo

El escándalo de corrupción que ha salpicado a la misión italiana de ayuda a Kosovo, bautizada como Arcobaleno (Arco Iris), amenaza con convertirse en un gigantesco caso judicial a medida que se superponen las causas abiertas, que suman, hasta ahora, diez investigaciones diferentes. Las hay de todas las modalidades: penales, administrativas, militares, fiscales y hasta la encomendada a una comisión de tres sabios, que analiza el grado de responsabilidad de la policía italiana en Albania. Pero todas intentan recomponer las piezas del rompecabezas de ayudas y organismos, departamentos, funcionari...

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El escándalo de corrupción que ha salpicado a la misión italiana de ayuda a Kosovo, bautizada como Arcobaleno (Arco Iris), amenaza con convertirse en un gigantesco caso judicial a medida que se superponen las causas abiertas, que suman, hasta ahora, diez investigaciones diferentes. Las hay de todas las modalidades: penales, administrativas, militares, fiscales y hasta la encomendada a una comisión de tres sabios, que analiza el grado de responsabilidad de la policía italiana en Albania. Pero todas intentan recomponer las piezas del rompecabezas de ayudas y organismos, departamentos, funcionarios y voluntarios que intervinieron en una misión calificada en enero por el primer ministro italiano, Massimo D'Alema, como una "flor en el ojal" de la historia italiana.Italia reaccionó con una rapidez modélica al drama de los kosovares, aunque, todo hay que decirlo, había no poco de egoísmo en esta movilización. El razonamiento nacional fue más o menos éste: mejor ayudar a los albaneses que soportar la carga de más de un millón de refugiados en nuestro país. Pero ayudar a una nación paupérrima como Albania no significaba engordar las cuentas bancarias de algunos de los capos mafiosos más conocidos del país balcánico como Rami Isufi. Como de hecho ocurrió. De momento, cuatro personas están en detención domiciliario, entre ellas el principal responsable de la misión, Massimo Simonelli, de 43 años, más conocido como Il Bello, funcionario de Protección Civil sobre el que pesan numerosos cargos de supuesto fraude contable y apropiación indebida de fondos, y el responsable del campo de Valona, Luaciano Tenaglia, del mismo departamento.

Manos libres

Amparados en una legislación especial de emergencia, Simonelli y Tenaglia se vieron con las manos libres para contratar, gastar y disponer. La grabación de un vídeo clandestino en el que podía verse el saqueo a que era sometido el campo de Valona, en julio del año pasado, apenas se dio por concluida la misión, y que fue difundido por el semanario italiano Panorama, alertó a la fiscalía de Bari sobre posibles irregularidades. Más tarde, las denuncias de una serie de voluntarios lanzaron a los jueces sobre la misión Arco Iris. Los voluntarios declararon que parte de los víveres y el material de equipo llegado a los campos de refugiados fueron desviados a los almacenes del boss Isufi. Unos y otros testimonios obligaron a Simonelli a devolver una cantidad cercana a los ocho millones de pesetas de la liquidación del campo de Valona, ingresada "por error" en una cuenta bancaria perteneciente a su esposa. Era una apropiación menor si se la compara con el río de dinero que entró en Albania entre abril y agosto de 1999, pero era un indicio de lo que podía haber ocurrido.

Los acusados aseguran que en Albania era imposible obtener facturas para justificar los gastos. Tanto es así que ahora a Protección Civil, que gestionó los 8.500 millones de pesetas de la misión Arco Iris, no le salen las cuentas. Al menos 1.500 millones de pesetas parecen haberse evaporado.

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