La visita de políticos y sindicalistas a El Ejido acaba en desunión por la postura del alcalde

El alcalde de El Ejido, Juan Enciso (PP), rompió ayer el acto simbólico de unidad democrática contra la ola de violencia vivida en esta localidad de Almería. Enciso no sólo no acudió, por segunda vez, a la reunión de la Mesa por la Integración que se celebró en la capital almeriense, sino que además reclamó un cambio en la Ley de Extranjería y la repatriación de todos los sin papeles. Por esta actitud del alcalde, los máximos dirigentes de CC OO y UGT y representantes de Izquierda Unida, PSOE y Nueva Izquierda le ningunearon y rehusaron fotografiarse con él. Sólo el ministro de Trabajo, Manuel...

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El alcalde de El Ejido, Juan Enciso (PP), rompió ayer el acto simbólico de unidad democrática contra la ola de violencia vivida en esta localidad de Almería. Enciso no sólo no acudió, por segunda vez, a la reunión de la Mesa por la Integración que se celebró en la capital almeriense, sino que además reclamó un cambio en la Ley de Extranjería y la repatriación de todos los sin papeles. Por esta actitud del alcalde, los máximos dirigentes de CC OO y UGT y representantes de Izquierda Unida, PSOE y Nueva Izquierda le ningunearon y rehusaron fotografiarse con él. Sólo el ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, y el secretario general del PP, Javier Arenas, arroparon a Enciso.

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Por iniciativa de Antonio Gutiérrez, secretario general de CC OO, y de Cándido Méndez, su homólogo en UGT, representantes de todos los partidos, del Gobierno central y de la Junta de Andalucía acudieron a la reunión de la Mesa por la Integración social de los inmigrantes de Almería. A su llegada comprobaron que en la reunión se encontraban los alcaldes de la comarca del Poniente almeriense, pero no el de El Ejido. La Mesa refrendó y aumentó el comunicado emitido el día anterior, en el que, tras condenar los actos violentos y mostrar la solidaridad con las familias de las víctimas, solicitaron medidas para reconducir la situación. Después de la reunión, estaba previsto que todos los reunidos se desplazaran hasta el Ayuntamiento de El Ejido para simbolizar la unidad democrática contra cualquier tipo de actitud racista y xenófoba.

A su llegada al pueblo , Gutiérrez inició las críticas contra Enciso. "Sigue poniéndose en entredicho como alcalde. Es una persona que no da la talla porque no reconoce los problemas graves. Parece que este alcalde está echando gasolina al fuego", afirmó. En la misma línea se manifestó Méndez: "Lo más misericordioso que se puede decir de este alcalde es que su actitud es confusa. Es lamentable que este alcalde no sepa tener el comportamiento democrático ejemplar que en este caso hubiera sido necesario".

Hablar y hacer

Quienes sí se reunieron con Enciso fueron Pimentel y Arenas con semblantes muy serios. "Nuestra presencia aquí es para rechazar la actitud de grupos minoritarios en El Ejido, porque esta violencia no se puede identificar con todo un pueblo. Hemos venido a transmitir nuestro apoyo al alcalde", manifestó el secretario general del PP. Pimentel, por su parte, enumeró las medidas adoptadas para garantizar la seguridad, la continuidad en el trabajo y la integración. "Éste es el momento no sólo de hablar, sino también de hacer".

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Y en esto llegó Enciso y se enfrentó a los micrófonos. Tras rechazar y minimizar el rechazo recibido de los sindicatos y partidos de la oposición, justificó su ausencia de la reunión: "Ya estaban allí los concejales de este Ayuntamiento. Yo creo que mi puesto estaba aquí por si volvían a ocurrir incidentes". El alcalde se vanaglorió de un documento de su corporación en el que enumeraban una serie de propuestas del Ayuntamiento a las restantes administraciones públicas, en el que, entre otras cuestiones, se reclamaba "la inaplicación sistemática de la Ley de Extranjería que permitía gran concentración de inmigrantes indocumentados que, sin medios de vida, propiciaba la delincuencia de este colectivo".

Estas frases causaron nuevas críticas de sindicatos y partidos políticos. El diputado de IU Felipe Alcaraz afirmó que estas declaraciones son "un aliciente para esto que está pasando" y dificulta el trabajo de los demócratas para acabar con "posiciones xenófobas como la de Enciso". En la misma línea, el diputado de Nueva Izquierda Diego López Garrido censuró al alcalde, a Pimentel y a Arenas, de quienes dijo que "han bailado el agua del alcalde por razones electorales, porque saben que los inmigrantes no votan y por eso cultivan a su clientela"

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