El SAS se plantea costear la bomba de insulina para diabéticos

El Servicio Andaluz de Salud (SAS) se plantea costear la bomba de insulina para diabéticos e incluirla entre sus prestaciones antes de fin de año. Seis hospitales de la comunidad autónoma trabajan en un proyecto impulsado por el SAS para probar la conveniencia de su aplicación y a que adquieran rodaje los equipos que tengan que colocarla en el futuro. Hasta ahora los enfermos que necesitan este aparato tienen que pagarlo de su bolsillo. Por su coste, no es una tecnología al alcance de todos. Sólo la bomba vale entre 300.000 y 500.000 pesetas, mientras que su mantenimiento supone más de 20.000 ...

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El Servicio Andaluz de Salud (SAS) se plantea costear la bomba de insulina para diabéticos e incluirla entre sus prestaciones antes de fin de año. Seis hospitales de la comunidad autónoma trabajan en un proyecto impulsado por el SAS para probar la conveniencia de su aplicación y a que adquieran rodaje los equipos que tengan que colocarla en el futuro. Hasta ahora los enfermos que necesitan este aparato tienen que pagarlo de su bolsillo. Por su coste, no es una tecnología al alcance de todos. Sólo la bomba vale entre 300.000 y 500.000 pesetas, mientras que su mantenimiento supone más de 20.000 pesetas mensuales. Con esta iniciativa, el SAS se ha hecho eco de una vieja reivindicación de la Federación de Asociaciones de Diabéticos de Andalucía.

El proyecto comenzó en octubre y ya se ha colocado una veintena de aparatos en hospitales de Sevilla, Granada, Málaga y Córdoba. La utilidad de las bombas para casos muy concretos en los que se necesita extremar el equilibrio y el control de los niveles de azúcar -como en mujeres embarazadas y en pacientes que sufren muchas bajadas de glucosa- ya está comprobada. La iniciativa del SAS sólo pretende estudiar la conveniencia de asumir su financiación y probar los dos modelos, uno americano y otro suizo, para determinar cuál es el que mejor funciona.

La Sociedad Andaluza de Endocrinología (SAEN) colabora desde el principio en el proyecto a fin de facilitar los trámites para que la sanidad pública asuma la prestación y los profesionales adquieran experiencia. De momento sólo podrían beneficiarse de esta cobertura un centenar de enfermos, ya que los expertos consideran que la bomba se justifica sólo en casos muy concretos, no sólo por sus costes, sino porque obliga al paciente a llevar un artilugio casi del tamaño de una cajetilla de cigarrillos.

La SAEN estima que podrá elevar sus conclusiones al SAS antes del verano y que por lo tanto la administración sanitaria podría tomar una decisión antes de fin de año.

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