Un camionero simuló su secuestro para ocultar un accidente de tráfico

Acudió al Cuerpo Nacional de Policía y describió su secuestro sin olvidar detalle. Pero no le sirvió de nada porque no le creyeron. M.F.G., de 43 años, camionero de profesión y domiciliado en Salamanca, denunció en la tarde del pasado 2 de febrero en la Jefatura Superior de Policía de Bilbao que dos desconocidos le habían secuestrado y trasladado a Francia. Al final, tuvo que reconocer que todo era una fabulación para ocultar que había colisionado horas antes con un vehículo en Vitoria, cuando conducía en estado de embriaguez. Para entonces, la policía ya había averiguado que había estado bebi...

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Acudió al Cuerpo Nacional de Policía y describió su secuestro sin olvidar detalle. Pero no le sirvió de nada porque no le creyeron. M.F.G., de 43 años, camionero de profesión y domiciliado en Salamanca, denunció en la tarde del pasado 2 de febrero en la Jefatura Superior de Policía de Bilbao que dos desconocidos le habían secuestrado y trasladado a Francia. Al final, tuvo que reconocer que todo era una fabulación para ocultar que había colisionado horas antes con un vehículo en Vitoria, cuando conducía en estado de embriaguez. Para entonces, la policía ya había averiguado que había estado bebiendo entre las cuatro y las cinco de la madrugada en una discoteca de Vitoria y que en el local había olvidado el teléfono móvil y la chaqueta.

La prueba definitiva fue el resultado de la prueba de alcoholemia. El simulador dio una tasa de 0,89. La Guardia Civil ya le había arrestado hace un tiempo por dar positivo en un control y un juzgado de Valladolid le buscaba, según informó la Subdelegación del Gobierno en Vizcaya.

El camionero preparó un relato con todos los ingredientes de un secuestro. Dijo que salía de un bar del centro de Vitoria cuando se percató que su vehículo tenía el motor en marcha, las luces encendidas y alguien en su interior. Dos desconocidos le agarraron por la espalda y le introdujeron en el maletero de otro coche. Circularon tres horas y al amanecer le pusieron en libertad en un camino próximo a Bilbao. Un conductor le acercó a una parada de taxis y fue directo a denunciar su secuestro. Acabó detenido.

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