REACCIÓN INTERNACIONAL CONTRA AUSTRIA

España se suma a las sanciones, pero no toma medidas en solitario

El Gobierno español no aplicará unilateralmente ninguna medida contra el nuevo Ejecutivo austriaco, sino que se sumará, "en coherencia" con el resto de los socios comunitarios, a las que apliquen los demás miembros de la Unión Europea. Así lo declaró ayer el ministro portavoz del Gobierno, Josep Piqué, tras subrayar el total rechazo del Ejecutivo a la entrada del partido ultraderechista de Jörg Haider en un Gobierno de la Unión.

El presidente del Gobierno, José María Aznar, según fuentes de La Moncloa, ha sido un inequívoco impulsor de la condena europea a la coalición derechista austri...

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El Gobierno español no aplicará unilateralmente ninguna medida contra el nuevo Ejecutivo austriaco, sino que se sumará, "en coherencia" con el resto de los socios comunitarios, a las que apliquen los demás miembros de la Unión Europea. Así lo declaró ayer el ministro portavoz del Gobierno, Josep Piqué, tras subrayar el total rechazo del Ejecutivo a la entrada del partido ultraderechista de Jörg Haider en un Gobierno de la Unión.

El presidente del Gobierno, José María Aznar, según fuentes de La Moncloa, ha sido un inequívoco impulsor de la condena europea a la coalición derechista austriaca anunciada por el presidente de turno de la UE y primer ministro portugués, António Guterres. Las mismas fuentes descartaron que vaya a adoptarse una medida diplomática tan contundente como la llamada a consultas del embajador, una decisión que anunció Israel aún antes de hacerse efectivo el Gobierno de coalición azul-pardo y que tomó ayer mismo EEUU.Washington anunció su decisión durante una conferencia de prensa de la secretaria de Estado, Madeleine Albright, con el ministro español de Exteriores, Abel Matutes, informa Javier del Pino. El ministro fue preguntado sobre si España adoptará una sanción diplomática de ese calado, y esquivó una respuesta directa al afirmar que suscribe las críticas estadounidenses a la coalición de Gobierno austriaca y que le parece bien todo lo que se haga para evitar que la ultraderecha entre en un Ejecutivo europeo. Las mismas fuentes oficiales que descartaron medidas al margen del consenso europeo aseguraron que Aznar, en todo momento, estuvo en contacto telefónico con el socialista Guterres, para animar a la sanción colectiva comunitaria a uno de sus miembros.

El portavoz del Gobierno, Josep Piqué, desarrolló ayer, en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros, la total oposición del Ejecutivo a la entrada de la ultraderecha en un Gobierno europeo y la importancia de no olvidar la historia europea del siglo XX. Esa historia, destacó Piqué, "nos indica que el concepto de democracia va más allá del respeto al gobierno de las mayorías, sino que comprende también la protección efectiva de las minorías y la vigilancia, en todo momento, de los principios de pluralismo, tolerancia y las libertades de los ciudadanos".

También Aznar recordó que no hay que olvidar la historia. En un acto en la Residencia de Estudiantes dijo que "la historia europea nos demuestra que nada hay más inquietante que un pueblo olvidadizo". Se refirió así a la entrada en el Gobierno austriaco de la extrema derecha de Jörg Haider, en coalición con los populares de Wolfgang Schüssel. No se refería, pues fue hace algunos meses, a la negativa del PP a suscribir una moción de condena del régimen franquista.

Piqué aseguró que de "lo que se trata es de que un Gobierno con participación ultraderechista y con una actitud contraria a la integración europea pueda tener el mismo trato que el establecido entre todos los países de la UE". Esto no puede ser, remachó, porque ese trato se basa en "una estrecha confianza" entre los Estados, que "se podría quebrar" con un Ejecutivo en el que participe Haider.

Por esto, dijo, los Gobiernos europeos no han tenido más remedio que adoptar "medidas diplomáticas preventivas", que han sido anticipadas por Portugal.

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El partido socialista, mientras, exigió ayer a Aznar, "como miembro del Partido Popular Europeo", una "explicación sobre los principios que deben regir el comportamiento de los partidos que integran esa organización y que adopte efectivamente las medidas necesarias, en el seno del PPE", para que una coalición de gobierno como la que presidirá Wolfgang Schüssel no vuelva a ser posible en la UE. Schüssel es el jefe del Partido Popular austriaco (ÖVP), miembro del PPE.

Alfonso Guerra, primer vicepresidente de los Gobiernos del PSOE, fue más explícito: pidió que "al PP austriaco se le expulse del Partido Popular Europeo porque no son demócratas". [El secretario de Relaciones Exteriores de los socialistas, Raimon Obiols, tachó de "tibia" la reacción de Aznar que, dijo, se ha convertido en "el último de la clase en Europa", informa Efe].

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