Entrevista:JOSÉ MARÍA MENDILUCE - EURODIPUTADO SOCIALISTA

"En las cúpulas de las ONG hay alergia a los políticos"

José María Mendiluce (Madrid, 1951) iba a estrenarse como presidente de Greenpeace Internacional el pasado martes, pero el lunes la junta directiva de la organización ecologista, que le nombró el 15 de diciembre, decidió no ratificarle. Razón esgrimida: los estatutos prohíben "utilizar la condición de socio en beneficio de ningún interés económico o político partidista", y Mendiluce no había renunciado a su condición de eurodiputado socialista.Pregunta. ¿Se lo esperaba?

Respuesta. Era consciente de que en puntos de la cúpula de Greenpeace se había encendido la luz de alerta, algo así co...

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José María Mendiluce (Madrid, 1951) iba a estrenarse como presidente de Greenpeace Internacional el pasado martes, pero el lunes la junta directiva de la organización ecologista, que le nombró el 15 de diciembre, decidió no ratificarle. Razón esgrimida: los estatutos prohíben "utilizar la condición de socio en beneficio de ningún interés económico o político partidista", y Mendiluce no había renunciado a su condición de eurodiputado socialista.Pregunta. ¿Se lo esperaba?

Respuesta. Era consciente de que en puntos de la cúpula de Greenpeace se había encendido la luz de alerta, algo así como: '¿No habremos ido demasiado lejos nombrándole?' Y algunas oficinas nacionales han sido muy papistas. La semana pasada me plantearon lo conveniente de mi renuncia. Fue una conversación muy franca: yo expresé que no quería ser un problema, y que si acepté el nombramiento fue por encarar un reto. En fin, yo he dimitido, no me han rechazado.

P. Antes de nombrarle, ¿nadie vio problema en los estatutos?

R. Se me habló de las tradiciones de Greenpeace, y éramos conscientes de que mi nombramiento estaba en el límite. Se discutió largo y tendido. Pero los pros eran muy superiores a las dudas; contras, no había.

P. El director ejecutivo de Greenpeace España, Xavier Pastor, dijo entonces que usted había dado "garantías de distanciarse amistosamente del PSOE".

R. Por responsabilidad, garanticé que no participaría en la campaña electoral y que, digamos, no me haría fotos con Almunia, me comprometí a no dar entrevistas... Cumplí.

P. Pastor cifra en 130 las bajas de socios en España después de nombrarle, y también dice que ahora tienen más socios. ¿Usted se atribuye las bajas o las altas?

R. Pastor y yo sabíamos que había riesgo de bajas, sobre todo en España, por la situación política. Incluso hicimos apuestas de cuántas. Estoy muy contento de que sólo sean 130. Me han llegado muchos mensajes de gente dispuesta a apuntarse. El balance es positivo para Greenpeace.

P. Le nombran y le desnombran. Tendrá usted alguna hipótesis.

R. Comprendo que la opinión pública, al no entender qué pasa, pueda pensar que hay algo por debajo. Pero yo he sido perfectamente investigado desde hace años. Creo que lo que ha ocurrido es una reacción de autodefensa de sectores que se resisten a afrontar el cambio. Las cúpulas a menudo se alejan de la realidad. Las ONG importan algunas de las peores características del mundo de la política: alimentan cúpulas que generan intereses propios, miedo al cambio, apego al modus vivendi, tendencia al conservadurismo. Pero el gran debate es: ¿por qué un veterinario o una farmacéutica pueden presidir Greenpeace y un político no? Sé que las ONG representan a parte de la sociedad civil y su trabajo es muy positivo. Pero no admito que sus responsables pasen de apolíticos a antipolíticos. En las cúpulas de las ONG hay alergia a los políticos.

P. Greenpeace le ofrece seguir como asesor en temas de paz y derechos humanos, y dice que espera que cuando deje de ser europarlamentario opte de nuevo a la presidencia. ¿Le apetece?

R. No creo que me presente otra vez, pero seguiré. Dos días después de mi nombramiento, me eligieron para el Consejo de Greenpeace España; fui el tercero más votado.

P. ¿Sigue creyendo que Greenpeace puede pasar de las focas a los derechos humanos?

R. Sí. Ya hacen un gran trabajo no publicitado de discusión con los Gobiernos. Pero deben ir con cautela en temas de paz. Lo ideal es colaborar con otras organizaciones especializadas. Lo que movilizará próximamente a los ciudadanos serán los desastres medioambientales y los genocidios. Greenpeace tiene que hallar el modo de estar presente.

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