Vuelva usted con el guión mañana

Los problemas con los guiones no empiezan al terminar de escribirlos. Es lo que le ocurrió el pasado miércoles al conocido guionista alavés Eduardo Bajo Ulloa, hermano del director Juanma Bajo Ulloa y coautor de la mayoría de los trabajos de éste como guionista. Un acto tan, en apariencia, sencillo como registrar un argumento en el Registro de la Propiedad Intelectual se convirtió en una pequeña peripecia que le llenó de zozobra.Bajo Ulloa acudió al registro, ubicado en la planta baja de la sede administrativa del Gobierno vasco en Vitoria, y se encontró con que no había nadie y que no le iban...

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Los problemas con los guiones no empiezan al terminar de escribirlos. Es lo que le ocurrió el pasado miércoles al conocido guionista alavés Eduardo Bajo Ulloa, hermano del director Juanma Bajo Ulloa y coautor de la mayoría de los trabajos de éste como guionista. Un acto tan, en apariencia, sencillo como registrar un argumento en el Registro de la Propiedad Intelectual se convirtió en una pequeña peripecia que le llenó de zozobra.Bajo Ulloa acudió al registro, ubicado en la planta baja de la sede administrativa del Gobierno vasco en Vitoria, y se encontró con que no había nadie y que no le iban a poder atender durante esa mañana. Primer problema: Ya había enviado el guión por correo la noche anterior a una serie de personas interesadas en él. Como tenía previsto registrarlo a la mañana siguiente, no había peligro de que uno de esos destinatarios pudiese registrarlo antes, apropiándose de la idea. Este tipo de piratería no es desconocido en el sector audiovisual y algunos casos han llegado a los juzgados. "Me inquieté bastante al conocer que no me iban a poder atender ese día", recuerda Bajo Ulloa. Lo primero que hizo fue formular una queja y cuando estaba redactándola le avisaron de que la persona encargada del registro ya podía atenderle.

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Sin embargo, este funcionario no está destinado en exclusiva a este puesto, sino que debe simultanearlo con otro trabajo en las dependencias del Gobierno vasco, lo que provoca elementales molestias a los usuarios del servicio. "No es admisible que no haya una persona específica para este puesto. Tienen el servicio abandonado. Además, aunque el trabajador puso su mejor intención había aspectos del proceso de registro que no controlaba. Una firma puesta en el lugar incorrecto puede invalidar todo", se queja Eduardo Bajo Ulloa. Al final, todo quedó en un susto y pudo registrar su guión, pero el disgusto no le ha abandonado.

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