Saizarbitoria y Lertxundi plasman en sendos libros su visión crítica sobre la cultura y el euskera

No es fruto de la planificacion, sino de la casualidad. Anjel Lertxundi y Ramón Saizarbitoria, dos de los más destacados escritores vascos, coinciden en la publicación de sendos libros, que inciden en las mismas preocupaciones: el euskera y la situación social y cultural vasca. En Gogoa zubi y Aberriaren alde (eta kontra), editadas por Alberdania, los autores plantean sus reflexiones críticas desde dentro del mundo euskaldún. Saitzarbitoria advirtió ayer de que el euskera "corre el peligro" de enredarse en el juego del nacionalismo-antinacionalismo.

Lertxundi (Orio, 1948) y Saizarbitori...

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No es fruto de la planificacion, sino de la casualidad. Anjel Lertxundi y Ramón Saizarbitoria, dos de los más destacados escritores vascos, coinciden en la publicación de sendos libros, que inciden en las mismas preocupaciones: el euskera y la situación social y cultural vasca. En Gogoa zubi y Aberriaren alde (eta kontra), editadas por Alberdania, los autores plantean sus reflexiones críticas desde dentro del mundo euskaldún. Saitzarbitoria advirtió ayer de que el euskera "corre el peligro" de enredarse en el juego del nacionalismo-antinacionalismo.

Lertxundi (Orio, 1948) y Saizarbitoria (San Sebastián, 1944) comparten ahora protagonismo en la colección Zerberri con dos propuestas que surgen de sus actividades pasadas. El primero reaparece en el panorama editorial con Gogoa zubi, un libro en el que reúne artículos publicados en distintos medios periodísticos desde 1973, así como textos de conferencias. El escritor oriotarra, poco amigo de las meras recopilaciones, ha querido dar un sentido unitario a la publicación, a pesar de su fragmentación. La obra está estructurada en 112 glosas literarias, que tienen vida autónoma. Todas giran en torno al euskera, la identidad y el futuro, y la esperanza que generan. De ahí el título del libro que Lertxundi, autor de Otto Pette o Argizariaren eguna, entre otras narraciones, ha tomado prestado de un refrán. Gogoa zubi, es el deseo como puente que el escritor traslada a estos aspectos. "El euskera es una lengua que es, pero que quiere ser, la literatura es, pero también quiere ser, lo mismo ocurre con este pueblo. Tenemos las ganas y quizá lo que nos falta es el puente", dijo ayer en la presentación de la obra.

Actualidad de los textos

Lertxundi, que ha tocado prácticamente todos los palos literarios, ha plasmado estas preocupaciones en textos a lo largo del tiempo. Pero asegura que incluso los más antiguos continúan teniendo vigencia, que son pura actualidad: el avance de la lengua, y sin embargo, su escasa utilización; la difícil convivencia entre el euskera y el castellano y el miedo a no exponer claramente las posturas sobre estos u otros temas. "Éste es uno de nuestros grandes problemas", dijo ayer el escritor, "y muchas de nuestras diferencias surgen de eso". "Mi libro es una invitación a verbalizar nuestras preocupaciones, igual que yo he contado con sinceridad mis reflexiones", a expresar lo que se pone sobre la mesa en las tertulias de amigos. Porque la literatura no debe servir para amansar a las fieras, sino "para provocar inquietudes".

Este ánimo crítico es el que mueve el libro de Lertxundi, lo mismo que el de Saizarbitoria. No hay más que leer el título: Aberriaren alde (eta kontra), es decir, A favor de la patria (y en contra). El germen de la publicación es un texto que el escritor utilizó para una conferencia en la universidad. Saizarbitoria lo define como un libro que "gira obsesivamente sobre dos o tres ideas, sobre la situación del País Vasco, la cultura y el euskera".

El escritor ha apostado por la postura de "disidente", desde dentro del mundo euskaldún. Ayer habló de la existencia de un pacto tácito de quienes optaron por abandonarlo y han criticado las debilidades del euskera desde fuera. No citó los nombres en la presentación, pero en el libro alude a Jon Juaristi y su Bucle melancólico. Saizarbitoria, director del Centro de Documentación e Investigación SIIS, ha optado por destacar los avances, sin ocultar los errores ni los puntos débiles, de mostrar sin tapujos su relación con otros aspectos.

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El escritor se mostró ayer convencido de que el euskera "no hubiese sobrevivido sin el nacionalismo" y de que éste ha necesitado también de este idioma. "Pero si sigue así", advirtió ayer, "corre el peligro" de enredarse en esa dicotomía o juego de "nacionalismo- antinacionalismo".

La visión crítica se percibe por todas las páginas de Aberriaren alde (eta contra). "Nuestro nacionalismo", escribe, "ha ido a peor, desde la defensa de una cultura oprimida a mostrar rasgos etnicistas". Y percibe los síntomas de ese cambio "en las declaraciones de ciertos intelectuales y políticos abertzales, favorables a cambiar ciertas manifestaciones del concepto de ciudadanía".

Saizarbitoria, autor de obras como Egunero hasten delako o Ehun metro, sorprende ahora con una reflexión que nada tiene que ver con la literatura novelada. En el texto que presenta ahora habla también de la situación socioeconómica de la comunidad vasca, desde la autoridad que le confieren sus licenciaturas en Economía y Sociología, siempre desde una perspectiva crítica.

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