El agua y la ley de la gravedad

Una fuente sinuosa que juega con la ley de la gravedad y lanza agua pulverizada sobre un estanque trapezoidal, decorado con una elipse de pequeños chorros de agua verticales adornará la parte delantera de la sede del Gobierno vasco en Vitoria, conocida como Lakua-2. Su autor, el joven escultor vitoriano Imanol Marrodán, de 35 años, ganó el pasado viernes el concurso convocado por el Ayuntamiento de la ciudad para dotar a este espacio de un monumento, al que se habían presentado alrededor de 80 obras. No hubo discusión para otorgar este premio que, por su dotación económica, se convierte en el ...

Una fuente sinuosa que juega con la ley de la gravedad y lanza agua pulverizada sobre un estanque trapezoidal, decorado con una elipse de pequeños chorros de agua verticales adornará la parte delantera de la sede del Gobierno vasco en Vitoria, conocida como Lakua-2. Su autor, el joven escultor vitoriano Imanol Marrodán, de 35 años, ganó el pasado viernes el concurso convocado por el Ayuntamiento de la ciudad para dotar a este espacio de un monumento, al que se habían presentado alrededor de 80 obras. No hubo discusión para otorgar este premio que, por su dotación económica, se convierte en el certamen artístico más importante de España. Tanto el jurado como la votación popular (en la que participaron 690 de los 1.071 visitantes de la exposición de propuestas) coincidieron en la elección de la obra de Marrodán.La propuesta ganadora, titulada La inocencia, lo inesperado, surge de un párrafo de la obra china I Ching, El libro de las mutaciones: "Arriba, lo creativo, el cielo; Abajo, lo suscitativo, el trueno". Imanol Marrodán ha querido reflejar en su obra el momento que llega "después del trueno, cuando viene la lluvia y el agua limpia la atmósfera", comentó ayer poco después de recibir el premio dotado con cinco millones de pesetas.

En la obra se combinan la destreza artística con el riesgo técnico: construida con acero inoxidable, se trata de una pieza única, con un solo punto de apoyo, de 25 metros de largo y 18,5 de altura, y una inclinación de unos 60 grados que se sale fuera del eje de gravedad. Esta especie de serpiente de acero inoxidable concluye en una esfera de 2,60 metros de diámetro con 252 salidas de agua pulverizada.

"He contado con la inestimable colaboración del ingeniero Javier Errea, especialista en estructuras ligeras, que me ha asesorado para que mi interés por el juego con la gravedad se pueda llevar a cabo. Me seduce que una estructura grande se sustente en un solo punto", explicó el escultor vitoriano que tiene otras dos obras de carácter monumental: en Salvatierra, una bioescultura alimentada por energía solar; y otra en la calle Loreto Arriola de Lakua.

El jurado premió con cinco áccesits dotados con un millón de pesetas cada uno las obras, por este orden, Oportunos, de Koko Rico García; Volareee, de Angel Borrego; Génesis, de Eduardo Gordo Garayurrebaso; Jardín vertical, de Francisco Javier Bellosillo, y Begira zeru horiek..., Marcelo del Campo, de Xabier Elorriaga Oribe.

El presupuesto para la construcción de esta estatua es de 65 millones que entran dentro de lo previsto por el Ayuntamiento de Vitoria, tal y como señaló el viernes el concejal de Ordenación del Territorio y Vivienda, Jorge Ibarrondo: "Contábamos con alrededor de 90 millones para urbanizar este sector; así que entre el presupuesto y los premios todavía queda dinero que pensamos emplear en adquirir alguna de las obras merecedoras de accésit para adornar alguna otra zona de la ciudad".

El jurado estuvo formado por la Junta de Compensación del sector 2 de Lakua que está formada por propietarios de los terrenos y el Ayuntamiento.