El "sabat" volvió a resonar en la sinagoga de Córdoba al cabo de 507 años

Eran 507 años los que llevaba sin rezarse el sabat en la sinagoga de Córdoba. Con este rezo, en el anochecer de los viernes, los judíos reciben la llegada de su día sagrado, el sábado. El rabino de la comunidad judía de Nueva York, Raymond Scheindlin, fue ayer el encargado de dirigir el canto de los salmos e himnos de que se compone el ritual.La sinagoga de Córdoba, construida a principios del siglo XIV, volvió anoche a recuperar las celebraciones de la comunidad hebrea aunque sólo por un día. El acto de ayer contó con la presencia del embajador de Israel en España, Herzl Inbar, quien lo calif...

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Eran 507 años los que llevaba sin rezarse el sabat en la sinagoga de Córdoba. Con este rezo, en el anochecer de los viernes, los judíos reciben la llegada de su día sagrado, el sábado. El rabino de la comunidad judía de Nueva York, Raymond Scheindlin, fue ayer el encargado de dirigir el canto de los salmos e himnos de que se compone el ritual.La sinagoga de Córdoba, construida a principios del siglo XIV, volvió anoche a recuperar las celebraciones de la comunidad hebrea aunque sólo por un día. El acto de ayer contó con la presencia del embajador de Israel en España, Herzl Inbar, quien lo calificó como "la reconciliación de España con su pasado, reconociendo la presencia cultural de las tres religiones y en este caso de la judía". El rabino Scheindlin utilizó una metáfora para explicar que era "la señal de que la herida de Jacob va cicatrizando".

El oficio comenzó con una primera parte que simboliza la bienvenida de la sabat con unos salmos y un himno en el que el sábado se figura como una novia siendo el novio el pueblo de Israel. En un momento de la ceremonia, los asistentes se giran hacia la puerta de la sinagoga para recibir a la desposada. Después, el rabino habla sobre el capítulo de la Torá leído esa mañana explicando su contenido. Scheindlin desgranó el fragmento del libro del Génesis en el que un ángel se le aparece a Jacob, estableciendo con ambos personajes un paralelismo con la lucha de Israel con las naciones del mundo cuyo resultado "no es una victoria para ninguna de las dos partes".

El rabino añadió que así sucedió en la historia: "el pueblo judío, como pueblo pequeño, nunca podíamos soñar con vencer a las naciones que nos oprimían, pero tampoco podían ellas acabar con nosotros". Luego, explicó que con su supervivencia se creó una cultura distinta que "en Andalucía, encabezada por Córdoba, fue la más brillante".

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