Los Mossos d'Esquadra detienen al novio de una mujer asesinada en febrero y le acusan del ser el autor del crimen

Los Mossos d"Esquadra, la policía de la Generalitat, han esclarecido el brutal asesinato de Marina Ruiz, la joven de 23 años cuyo cadáver fue encontrado el pasado 15 de febrero sobre la vía del tren cerca de Cervera (Lleida). El caso se ha resuelto con la detención del novio de la víctima, Serafín Cervilla, de 29 años, a quien la policía acusa de ser el autor del crimen. Cervilla, investigado durante todo este tiempo como principal sospechoso, ha ingresado en la cárcel.El cadáver de Marina Ruiz fue descubierto a las ocho de la mañana, a unos dos kilómetros de la estación de Cervera, por el maq...

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Los Mossos d"Esquadra, la policía de la Generalitat, han esclarecido el brutal asesinato de Marina Ruiz, la joven de 23 años cuyo cadáver fue encontrado el pasado 15 de febrero sobre la vía del tren cerca de Cervera (Lleida). El caso se ha resuelto con la detención del novio de la víctima, Serafín Cervilla, de 29 años, a quien la policía acusa de ser el autor del crimen. Cervilla, investigado durante todo este tiempo como principal sospechoso, ha ingresado en la cárcel.El cadáver de Marina Ruiz fue descubierto a las ocho de la mañana, a unos dos kilómetros de la estación de Cervera, por el maquinista de un tren que realizaba el trayecto entre esta ciudad y Lleida. La autopsia reveló que la mujer tuvo una muerte cruel y que el asesino se ensañó con ella, ya que presentaba un golpe en la cabeza y un desgarro vaginal. Desde un principio se creyó que el asesinato tenía un móvil pasional y se señaló que se había cometido en otro sitio, muy cerca de la fábrica en la que trabajaba la joven y adonde se dirigía a pie cuando fue atacada.

El crimen, que causó gran conmoción en Cervera, como la ha producido ahora el hecho de conocerse la identidad del presunto asesino, fue el primer asesinato que tuvieron que investigar los Mossos tras desplegarse en Lleida en sustitución de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía. Las pesquisas policiales se centraron en el entorno familiar y social de la víctima, que tenía previsto casarse al mes siguiente con el ahora detenido. Tras descartar a algunas personas, Cervilla, que organizó manifestaciones para pedir justicia, se convirtió pronto en el principal sospechoso, aunque hasta ahora no se habían obtenido pruebas incriminatorias contra él. El presunto asesino, que posiblemente actuó movido por los celos, se esmeró en no dejar huellas. Pero la cicatriz de un mordisco en el brazo de la mujer, cuyas características se corresponden con las de su dentadura, y el análisis del vídeo exterior de la fábrica han acabado por delatarle.

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